Explicación, estudio y comentario bíblico de Santiago 1:22-26 verso por verso
Pero sean hacedores de la palabra, y no solamente oidores engañándose a ustedes mismos.
Porque cuando alguno es oidor de la palabra y no hacedor de ella, este es semejante al hombre que mira su cara natural en un espejo.
Se mira a sí mismo y se marcha, y en seguida olvida cómo era.
Pero el que presta atención a la perfecta ley de la libertad y persevera en ella sin ser oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.
Si alguien parece ser religioso y no refrena su lengua sino que engaña a su corazón, la religión del tal es vana.