Explicación, estudio y comentario bíblico de Tito 2:1-56 verso por verso
Pero habla tú lo que está de acuerdo con la sana doctrina;
que los hombres mayores sean sobrios, serios y prudentes, sanos en la fe, en el amor y en la perseverancia.
Asimismo, que las mujeres mayores sean reverentes en conducta, no calumniadoras ni esclavas del mucho vino, maestras de lo bueno,
de manera que encaminen en la prudencia a las mujeres jóvenes: a que amen a su marido y a sus hijos,
a que sean prudentes y castas, a que sean buenas amas de casa, a que estén sujetas a su propio marido para que la palabra de Dios no sea desacreditada.
Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes,
mostrándote en todo como ejemplo de buenas obras. Demuestra en tu enseñanza integridad, seriedad
y palabra sana e irreprensible para que el que se nos oponga se avergüence no teniendo nada malo que decir de ninguno de nosotros.
Exhorta a los siervos a que estén sujetos a sus propios amos en todo, que sean complacientes y no respondones,
que no defrauden sino que demuestren toda buena fe para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.
Porque la gracia salvadora de Dios se ha manifestado a todos los hombres
enseñándonos a vivir de manera prudente, justa y piadosa en la edad presente, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas,
aguardando la esperanza bienaventurada, la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo
quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí mismo un pueblo propio, celoso de buenas obras.
Estas cosas habla, exhorta y reprende con toda autoridad. ¡Que nadie te menosprecie!