• Tito 3:2

    que no hablen mal de nadie, que no sean contenciosos sino amables demostrando toda consideración por todos los hombres.

  • Tito 3:3

    Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, desobedientes, extraviados. Estábamos esclavizados por diversas pasiones y placeres, viviendo en malicia y en envidia. Éramos aborrecibles, odiándonos unos a otros.

  • Tito 3:4

    Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor por los hombres,

  • Tito 3:5

    él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino según su misericordia; por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo

  • Tito 3:6

    que él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador.

  • Tito 3:7

    Y esto para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

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