• Zacarías 1:8

    Tuve una visión de noche, y he aquí un hombre montado sobre un caballo rojo que estaba entre los mirtos que había en una cañada. Detrás de él había caballos rojos, bayos y blancos.

  • Zacarías 1:9

    Entonces pregunté: — ¿Qué son estos, señor mío? Me dijo el ángel que hablaba conmigo: — Yo te mostraré qué son estos.

  • Zacarías 1:10

    Y el hombre que estaba entre los mirtos respondió diciendo: — Estos son los que el SEÑOR ha enviado para recorrer la tierra.

  • Zacarías 1:11

    Ellos se dirigieron al ángel del SEÑOR que estaba entre los mirtos y dijeron: — Hemos recorrido la tierra, y he aquí que toda la tierra está reposada y tranquila.

  • Zacarías 1:12

    Entonces el ángel del SEÑOR se expresó diciendo: “Oh SEÑOR de los Ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás compasión de Jerusalén y de las ciudades de Judá contra las cuales has estado airado durante setenta años?”.

  • Zacarías 1:13

    Y el SEÑOR respondió palabras buenas y palabras de consuelo al ángel que hablaba conmigo.

  • Zacarías 1:14

    Entonces me dijo el ángel que me hablaba: — Proclama diciendo que así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: “Tuve celo por Jerusalén y gran celo por Sion,

  • Zacarías 1:15

    y con gran enojo estoy airado contra las naciones que están reposadas. Pues yo estaba un poco airado, pero ellas agravaron el desastre.

  • Zacarías 1:16

    Por tanto, así ha dicho el SEÑOR, yo me he vuelto hacia Jerusalén con compasión. En ella será edificada mi casa, dice el SEÑOR de los Ejércitos, y el cordel será tendido sobre Jerusalén”.

  • Zacarías 1:17

    Proclama además diciendo que así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: “De nuevo se desbordarán mis ciudades por la abundancia del bien; de nuevo consolará el SEÑOR a Sion y escogerá a Jerusalén”.

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