Explicación, estudio y comentario bíblico de Zacarías 14:3-15 verso por verso
Entonces saldrá el SEÑOR y combatirá contra aquellos pueblos, como combatió en el día de la batalla.
En aquel día sus pies se asentarán sobre el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al lado oriental. El monte de los Olivos se partirá por la mitad, de este a oeste, formando un valle muy grande, pues la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.
Y el valle de los montes será rellenado, porque el valle de los montes llegará hasta Azal. Y huirán como huyeron a causa del terremoto que hubo en los días de Uzías, rey de Judá. Así vendrá el SEÑOR mi Dios, y todos sus santos con él.
Acontecerá que en aquel día no habrá luz ni frío ni helada.
Será un día único, conocido por el SEÑOR. No será ni día ni noche; más bien, sucederá que al tiempo del anochecer habrá luz.
Acontecerá también en aquel día que de Jerusalén saldrán aguas vivas. La mitad de ellas irá hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental, tanto en verano como en invierno.
Entonces el SEÑOR será rey sobre toda la tierra. En aquel día el SEÑOR será único y Único será su nombre.
Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón, al sur de Jerusalén. Esta será elevada y habitada en su mismo lugar, desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta Primera y hasta la puerta de las Esquinas; y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey.
Habitarán en ella y no volverá a ocurrir una completa destrucción sino que Jerusalén será habitada en seguridad.
Esta será la plaga con que el SEÑOR golpeará a todos los pueblos que acamparán con sus ejércitos contra Jerusalén: Hará que se pudra su carne, aun estando ellos sobre sus pies. También sus ojos se pudrirán en sus cuencas y su lengua se pudrirá en sus bocas.
Acontecerá en aquel día que se apoderará de ellos un gran pánico de parte del SEÑOR. Cada cual se asirá de la mano de su compañero y la mano de cada cual se levantará contra la de su prójimo.
También Judá combatirá en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todos los pueblos de alrededor: oro, plata y ropa, en gran abundancia.
Semejante será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos y de todos los animales que se encuentren en aquellos campamentos.