Explicación, estudio y comentario bíblico de Zacarías 2:1-3 verso por verso
Después alcé mis ojos y miré, y he aquí un hombre que tenía en su mano una cuerda de medir.
Le pregunté: — ¿A dónde vas? Y él me respondió: — A medir a Jerusalén, para ver cuál es su ancho y cuál es su largo.
Y he aquí, cuando salía el ángel que hablaba conmigo, otro ángel le salió al encuentro,