Explicación, estudio y comentario bíblico de Zacarías 9:9-38 verso por verso
¡Alégrate mucho, oh hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, oh hija de Jerusalén! He aquí, tu Rey viene a ti, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borriquillo, hijo de asna.
“Destruiré los carros de Efraín y los caballos de Jerusalén. También serán destruidos los arcos de guerra y él hablará de paz a las naciones. Su dominio será de mar a mar y desde el Río hasta los confines de la tierra.
Y a ti también, por la sangre de tu pacto libertaré a tus prisioneros de la cisterna sin agua.
Vúelvanse a la fortaleza, oh prisioneros llenos de esperanza. También hoy les anuncio que les restituiré el doble.
Pues he preparado a Judá como mi arco; lo he cargado con Efraín como flecha. E incitaré a tus hijos, oh Sion, contra tus hijos, oh Grecia; y te blandiré como espada de valiente”.
El SEÑOR será visto sobre ellos, y su flecha saldrá como relámpago. El SEÑOR Dios tocará la corneta y avanzará con los torbellinos del sur.
El SEÑOR de los Ejércitos los protegerá, y ellos devorarán y pisotearán las piedras de la honda. Beberán sangre como si fuera vino, y se llenarán como un tazón y como los bordes del altar.
En aquel día el SEÑOR su Dios los salvará; como a rebaño pastoreará a su pueblo. Serán sobre su tierra como piedras preciosas de una diadema.
¡Cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! El trigo hará florecer a los jóvenes y el vino nuevo a las jóvenes.