Commento popolare di Kretzmann
Atti degli Apostoli 24:16
Y en esto me esfuerzo para tener siempre una conciencia sin ofensa hacia Dios y hacia los hombres.
Aquí Pablo asumió el siguiente cargo, el de ser un cabecilla de los nazarenos. Sin referirse al título que se le otorgó, confiesa orgullosamente la verdad de esa acusación, si eso es un crimen, incluyendo incidentalmente, sin embargo, una reprimenda a los mismos judíos. A la manera que se complacieron en llamar secta, partido cismático, sirvió al Dios de los padres. El pensamiento subyacente a las palabras de Pablo era que el cristianismo no era una separación, sino una realización de la religión y las creencias judías.
No hay diferencia de género, sino sólo de grado entre la religión del Antiguo y el Nuevo Testamento; los patriarcas judíos fueron salvos por su fe en el Mesías venidero, mientras que los cristianos son salvos por su fe en el Cristo que ha venido y ha cumplido las principales profecías de la antigüedad. De esta manera la fe de Pablo estaba puesta en todas las cosas que estaban escritas en la Ley y en los profetas; sólo Pablo sabía que las esperanzas mesiánicas se habían realizado en Jesús de Nazaret, mientras sus acusadores aún andaban a tientas en la oscuridad y ceguera de una esperanza que nunca se cumpliría.
Y abrigaba la misma esperanza hacia Dios que estos hombres también aceptaron, a saber, que seguramente tendría lugar una resurrección de los justos así como de los injustos. Nótese que Pablo aquí no hace distinción entre el sumo sacerdote, un saduceo, y los representantes del Sanedrín que eran fariseos, prefiriendo considerarlos simplemente como judíos que tenían la esperanza de toda su nación. Por eso, Pablo, como estaba firme en esta creencia, se esforzaba, se esforzaba también intensamente, como ellos, en tener una conciencia limpia para con Dios y para con todos los hombres en todas partes.
El motivo más fuerte y el poder impulsor en un cristiano es su fe en la Palabra de Dios y su esperanza en la resurrección de los muertos. Nota: La defensa de Pablo, especialmente en esta sección, es una excelente apología del cristianismo y de la fe cristiana. Así quedan silenciados los adversarios de la verdadera fe, cuando no pueden probar sus afirmaciones contra los cristianos, y cuando, además, la fe y la vida de los cristianos pueden ser verdaderamente aducidas en su defensa.
Los cristianos no constituyen una nueva secta; su religión es la religión verdadera, como lo fue en el mundo desde el principio; creen en la Palabra de Dios y tienen la esperanza de la resurrección de la carne y de la vida eterna.