Y pidió un escritorio, y escribió, diciendo: Su nombre es Juan. Y se maravillaron todos.

Para Elisabeth el tiempo ahora se cumplió, según la promesa de Dios y el curso de la naturaleza. A los ancianos padres les nació un hijo, como Dios lo había prometido por medio del ángel. Ahora Elisabeth ya no se escondía ni se apartaba del interés de amigos y vecinos. Los que vivían cerca así como los familiares a la distancia escucharon la noticia muy pronto. Nota: El texto dice expresamente que el Señor había hecho grande Su misericordia con Isabel; fue Su favor y Su gracia lo que aquí se hizo evidente.

Y en todas partes había regocijo con los felices padres. El octavo día se reunieron los que estaban interesados ​​en la fiesta, principalmente los parientes, porque este era el día de la circuncisión según. mandato de Dios, momento en el cual se le suele dar el nombre al niño. Su opinión unánime fue que el nombre del niño debería ser Zacharias (conativo imperfecto o imperfecto de acción repetida), no porque esto hubiera sido una costumbre vinculante entre los judíos, sino porque el único niño llevaría apropiadamente el nombre del padre.

Pero aquí Elisabeth objetó. Mientras tanto, Zacharias le había comunicado la historia de la maravillosa aparición en el Templo, y ella sabía el nombre que el Señor había elegido. Este nombre, John, lo mencionó ahora. Ante esto, rápidamente expresaron la objeción de que tal nombre, que prevalecía entre los judíos, no se encontraba en su familia. Entonces se volvieron hacia Zacharias, quien había escuchado todo el altercado y rápidamente comprendió el significado mientras lo miraban expectantes.

Por lo tanto, insinuó que quería un escritorio, probablemente una pequeña tablilla de cera, como las que se usaban generalmente en ese momento, sobre la cual se escribía con un estilo. Y luego escribió, dijo por escrito y probablemente habló al mismo tiempo: John es su nombre. Su forma de ponerlo no dejaba alternativa, el asunto estaba total y completamente resuelto en este momento. El mandato de Dios se llevó a cabo al pie de la letra.

El castigo por su falta de fe ahora se eliminó, y el habla volvió a él. Así Dios se compadece de sus hijos cuando han flaqueado o caído, les ayuda a vencer el mal con el bien y la incredulidad con la fe. Y así la fe se hace más fuerte, ya que todas las dudas han sido vencidas por la Palabra de Dios. Pero la compañía reunida se maravilló ante este extraño acuerdo de los padres al dar un nombre que era inusual en su familia. Fue su primera insinuación de que este niño era realmente excepcional.

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