Marco 13:23

Pero mirad: he aquí, os he anunciado todas las cosas.

Una segunda advertencia contra la insidia e impertinencia de los falsos maestros. Llegaron en aquellos días, en número creciente, Mesías políticos que prometían liberación del yugo de los romanos. Su aparente sinceridad, el poder de su oratoria, la mera influencia de su personalidad indujeron tontamente a muchas personas a echar su suerte con ellos y ser llevados junto con ellos a su destrucción.

Y vienen en nuestros días, sin la Iglesia y dentro de la Iglesia, Mesías políticos, reformadores sociales, soñadores milenarios que sitúan el reino de Cristo aquí en la tierra, que parlotean con ligereza de la emancipación de las masas y de un estado glorioso final donde todos los hombres serán iguales y todos los hombres serán felices. Incluso hacen señales y prodigios, tanto falsos como aparentemente reales, con la ayuda de Satanás.

El objeto siempre es seducir, si es posible, a los creyentes, los propios elegidos de Dios. Pero habrá una liberación en la última hora. Por lo tanto, los creyentes, mientras tanto, estarán en guardia. Cristo ha venido, nos ha dejado su Palabra infalible; no necesitamos más palabra, ni revelación, ni llave, ni nueva luz; todos estos son signos de los falsos Cristos. Cerca de nosotros está la Palabra, la Palabra del Evangelio; eso salvará nuestras almas, todas las demás palabras y libros de nuevas sectas son peligrosos, engañosos, destructores. La advertencia de Cristo fue dada por adelantado a causa de ellos.