Déjalos: sean ciegos guías de ciegos. Y si el ciego guía al ciego, ambos caerán en el hoyo.

Los discípulos informaron al Señor de la impresión que Su parábola al pueblo había hecho en los fariseos. Estos últimos estaban muy escandalizados y horrorizados, en parte por el llamamiento directo a la multitud, en parte por el punto de la historia, que sintieron que estaba dirigido contra ellos. Jesús siente poca preocupación por el estado de su mente. Todas las plantas que Dios mismo no ha plantado, que no están creciendo de acuerdo con Su voluntad, con sus raíces en Él y viviendo por la fe en Él, son superfluas.

Pasan del rango de plantas cultivadas al de malas hierbas que hay que erradicar. Dios está más estrechamente asociado con los que son suyos, pero sólo con ellos. Toda doctrina inventada por el hombre no prevalecerá en Su juicio. Y todo promotor de la falsa doctrina participará en el desarraigo y la destrucción de su falsa producción. No hay compromiso. Manténgase alejado de ellos, por lo tanto, de los fariseos y los ancianos que intentan imponer sus doctrinas hechas por hombres a sus oyentes.

Ellos mismos están ciegos en asuntos espirituales. Y han cegado a la mayoría de la gente y causarán ceguera espiritual en el caso de todos los que sigan sus enseñanzas. Así el fin de ambos será la destrucción, la muerte moral, espiritual.

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