Matteo 24:35

El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán.

Así como la persona con sentido común ordinario y facultades de observación no necesita más pruebas del hecho de que el verano está cerca cuando ve que las ramas de la higuera se ablandan con la savia hinchada y las hojas tiernas brotan de los capullos, así el discípulo de Cristo que ve las señales de las que Cristo habla en todo el capítulo, incluida la destrucción de Jerusalén, entiende y sabe que el juicio final está sobre él, a su misma puerta.

Y he aquí otra señal, una prueba más de la verdad de Su dicho, de la solidez de Su profecía: No pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. Él quiere decir, ya sea: La nación judía permanecerá en la tierra como una raza, con todas las características raciales, hasta el Día del Juicio; o: La generación de hijos que Yo he escogido, Mi Iglesia, no pasará, resistirá todo intento de derrocarla, por toda la eternidad. En medio del choque de los mundos, cuando el cielo y la tierra se vuelven caos y son destruidos, la Palabra del Señor permanece para siempre.