Commento popolare di Kretzmann
Romani 11:32
Porque Dios los ha concluido a todos en incredulidad para tener misericordia de todos.
Esta afirmación es paralela a la anterior; hace prácticamente la misma afirmación con respecto a la gran masa de los judíos incrédulos. Según el Evangelio, en cuanto al Evangelio, son enemigos por causa de vosotros, pero según la elección, en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Por un lado, los judíos son enemigos de Dios, porque son hostiles en su actitud hacia el Evangelio.
Y esta actitud ha redundado en beneficio de los gentiles, les ha dado salvación. Esto es cierto de la incredulidad en general. Por otra parte, son amados de Dios, en lo que se refiere a la elección. Dios ama a los judíos, a los que aquí se refiere el apóstol, porque los ha escogido desde el principio, los ha seleccionado como suyos. Este acto de Dios fue hecho por el bien de, en el interés de los padres, los patriarcas; porque no se lamentan los dones y el llamado de Dios.
Lo que Dios ha decidido una vez con referencia a la elección de la gracia no está sujeto a cambio ni revocación de Su parte. Al extender Su llamado de gracia a los patriarcas, al hacerlos portadores de la promesa, Él los ha llamado a la salvación en Cristo. Debido a que Dios ha escogido a los judíos desde el principio y los ha llamado por y en la promesa dada a los padres para salvación en Cristo, y debido a que esta elección y llamado de Dios ciertamente debe cumplir su objeto, por lo tanto, los judíos a quienes Pablo aquí tiene en mente son aun ahora, aunque todavía sin fe, amados de Dios. Según su incredulidad, son enemigos de Dios, quienes deben condenar su odio hacia Él; pero según la elección, son Sus amados, aunque todavía no en posesión de la salvación.
Este dicho suena tan contradictorio que Pablo añade una palabra adicional de explicación: Porque así como vosotros en un tiempo fuisteis desobedientes a Dios, pero ahora habéis experimentado su misericordia por la incredulidad de estos judíos, así también éstos ahora se han vuelto desobedientes, en ordena que por la misericordia que has experimentado, ellos también ahora reciban misericordia, vv. 30-31. Los cristianos gentiles antes de su conversión habían sido desobedientes a la voluntad de Dios, cap.
1:18 y sigs. Pero ahora, habiendo oído el Evangelio, estos antiguos gentiles habían experimentado y recibido la misericordia de Dios. Y este gran favor les había venido por la desobediencia de los judíos, porque los judíos en ese tiempo no querían aceptar al Mesías y la obediencia al Evangelio. Y de la misma manera, argumenta San Pablo, los judíos han entrado en el estado de desobediencia, de incredulidad, y por lo tanto bien se les puede mostrar la misericordia de Dios para la conversión, la misma misericordia y gracia que los paganos han experimentado.
Lo que Dios hizo con los gentiles, Él es plenamente capaz de hacerlo con los judíos, quienes ahora están en la posición con respecto a Dios que los gentiles ocupaban anteriormente; Él puede cambiar la desobediencia de los judíos en obediencia, tal como lo hizo en el caso de los gentiles. Porque Dios ha comprendido, tomado juntos, todos estos bajo desobediencia, para tener misericordia de todos; Ha abandonado a la desobediencia a todo el pueblo del que habla el apóstol, para llevarlos a su tiempo a la fe e impartirles su misericordia en Jesucristo.
¡Qué riqueza incalculable de misericordia es la de nuestro Dios al usar incluso la obstinación y las transgresiones de los hombres para traer las riquezas de Su gracia a los demás! Nota: Esta misericordia debe tener su efecto sobre nosotros también de esta manera, que hagamos uso de la paciencia misericordiosa al juzgar y al tratar con otras personas. Dios bien puede hacer por aquellos que ahora están en las profundidades de la incredulidad y la contradicción contra Dios lo que hizo por nosotros, y así traerlos a la comunión de Su Hijo Jesucristo.