2 Tesalonicenses 2:1-17
1 Ahora, con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos,
2 que no sean movidos fácilmente de su modo de pensar ni sean alarmados ni por espíritu ni por palabra ni por carta como si fuera nuestra, como que ya hubiera llegado el día del Señor.
3 Nadie los engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que venga primero la apostasía y se manifieste el hombre de iniquidad, el hijo de perdición.
4 Este se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios.
5 ¿No se acuerdan de que mientras yo estaba todavía con ustedes les decía esto?
6 Ahora saben qué lo detiene, a fin de que a su debido tiempo él sea revelado.
7 Porque ya está obrando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene.
8 Y entonces será manifestado aquel inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida.
9 El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos,
10 y con todo engaño de injusticia entre los que perecen por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
11 Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira,
12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad sino que se complacieron en la injusticia.
13 Pero nosotros debemos dar gracias a Dios siempre por ustedes, hermanos amados del Señor, de que Dios los haya escogido desde el principio para salvación, por la santificación del Espíritu y fe en la verdad.
14 Con este fin los llamó Dios por medio de nuestro evangelio para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
15 Así que, hermanos, estén firmes y retengan las doctrinas en que han sido enseñados, sea por palabra o por carta nuestra.
16 Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y nuestro Padre Dios quien nos amó y por gracia nos dio eterno consuelo y buena esperanza,
17 anime el corazón de ustedes y los confirme en toda obra y palabra buena.
CORRECCION DEL ERROR ACERCA DE LA INMEDIATA VENIDA DE CRISTO. LA APOSTASIA QUE TIENE QUE PRECEDERLA. EXHORTACION A LA FIRMEZA, INTRODUCIDA POR HACIMIENTO DE GRACIAS POR SU ELECCION POR DIOS.
1. Empero—marcando la transición de sus oraciones por ellos a las exhortaciones a ellos. os rogamos—“os ruego”. Emplea ruego cariñoso para ganarlos para la enseñanza correcta, más bien que la censura severa. en cuanto a, etc.—que introduce el tema principal de la Epístola. nuestro recogimiento a él—la asamblea completa y final de los santos a él en su venida, como fué anunciada en Mateo 24:31; 1 Tesalonicenses 4:17. El sustantivo griego no se halla en otro lugar con excepción de Hebreos 10:25, donde se habla de la reunión de creyentes para el culto congregacional. Nuestros temores instintivos del juicio son disipados por el pensamiento de ser reunidos junto CON EL (“como la gallina junta sus pollos debajo de las alas”), lo que afianza nuestra seguridad.
2. fácilmente—pronto, por razones frívolas, sin la debida consideración. os mováis—lit., sacudidos como los barcos agitados por el mar. Véase por la misma imagen, Efesios 4:14. de vuestro sentimiento—más bien como el griego “de vuestra mente”; de vuestra firmeza mental sobre el asunto. ni os conturbéis—Este verbo se refiere a la agitación emocional; así como “os mováis”, a la intelectual. por espíritu—por persona que profesa tener el espíritu de profecía (1 Corintios 12:8; 1 Juan 4:1). Se habia advertido a los tesalonicenses (1 Tesalonicenses 5:20) a que “probasen” tales profecías fingidas, y que “retuviesen (sólo) lo que es bueno”. por palabra—de la boca (véanse vv. 5, 15); alguna palabra o dicho atribuído a Pablo comunicado oralmente. Si la tradición oral fué expuesta a semejante perversión en la edad apostólica (véase un caso similar, Juan 21:23), ¡cuánto más en nuestros días! por carta como nuestra—dándose a entender como nuestra, mientras que es una falsificación. Por esto les da una señal por la cual conocerán las cartas genuinas de él (cap. 3:17). que el día del Señor esté cerca—más bien esté inmediatamente inminente”; lit., “esté presente”; “esté viniendo instantáneamente”. Cristo y sus apóstoles siempre enseñaban que el día de la venida del Señor está cerca; y no es probable que Pablo quisiera dar a entender algo contrario aquí; lo que él niega es que esté tan inmediatamente inminente, instante o presente como para justificar el abandono de los deberes diarios terrenales. Crisóstomo, y después de él Alford, traduce “Está (ya) presente” (véase 2 Timoteo 2:18). que es error parecido. Pero en 2 Timoteo 3:1. el mismo verbo griego se traduce “vienen”. Wahl apoya esta interpretación. La palabra griega generalmente se usa por la misma presencia; pero es bien susceptible de la traducción. “es todo menos que presente”.
3. en ninguna manera—Cristo, en Mateo 24:4, da la misma advertencia en relación con el mismo acontecimiento. Pablo había indicado tres maneras (v. 2) en que podrían ser engañados (véase otras maneras, v. 9, y Mateo 24:5, Mateo 24:24). la apostasía—la apostasía, la que “os dije” antes (v. 5), “cuando estaba todavía con vosotros”, y de la cual el Señor dió alguna intimación (Mateo 24:10; Juan 5:43). se manifieste el hombre de pecado—Así como Cristo estaba primero en misterio, y después revelado (1 Timoteo 3:16), así el Anticristo (el término usado en 1 Juan 2:18, Joel 2:18; 1 Juan 4:3, Joel 4:3) está primero en misterio, y más tarde se desarrollará y será revelado (vv. 7-9). Así como la justicia halló su personificación en Cristo, “el Señor nuestra justicia”, así el “pecado” tendrá su expresión concreta en el “hombre de pecado”. El poder que impide (v. 7) entre tanto restringe su manifestación; cuando aquel poder sea quitado, entonces sucederá esta manifestación. Los artículos definidos, “la apostasía” y “el hombre de pecado” pueden referirse al hecho de que ya sean bien conocidos como predichos por Daniel 7:8, Daniel 7:25, “el cuerno pequeño … hablaba grandezas … contra el Altísimo, y pensará mudar los tiempos y la ley”; y 11:36, el rey voluntarioso quien “se ensoberbecerá y se engrandecerá sobre todo dios: y contra el Dios de los dioses hablará maravillas”. hijo de perdición—título referido también a Judas el traidor (Juan 17:12), y a nadie más. El Anticristo, la segunda “bestia” que subía de la tierra; y por esto será primero “como cordero, mas hablará como un dragón” (Apocalipsis 13:11); “vendrá empero con paz, y tomará el reino con halagos”, “hará con engaño”, mas “su corazón será contra el pacto santo” (Daniel 11:21, Daniel 11:23, Daniel 11:28, Daniel 11:30). Las semillas de la “apostasía” aparecen pronto (1 Timoteo 4:1), pero el pleno desarrollo y concentración de estos elementos anticristianos en una sola persona todavía están por aparecer. En contraste, fijémonos en la venida del Rey de Sión en la persona de Jesús: (1) Justo; (2) teniendo salvación; (3) manso; mientras que el Anticristo es (1) “el hombre de (la personificación de) pecado; (2) el hijo de perdición; (3) se ensalza sobre todo lo que se adora. El es el hijo de perdición en que envía a muchos a la perdición, y finalmente será condenado a ella él mismo (Apocalipsis 17:8, Apocalipsis 17:11). “El cuya esencia y herencia es la perdición.” [Alford]. Así como “el reino de los cielos” se presenta a nosotros primero en lo abstracto, después en lo concreto en el Rey, el Señor Jesús, así aquí primero tenemos (v. 7) “el misterio de la iniquidad”, después “aquel inicuo” (v. 8). Sin duda “la apostasía” del romanismo (lo abstracto) es una de las instancias más grandes de la operación del misterio de iniquidad, sus blasfemas pretensiones del papa (lo concreto) son precursoras de la final concentración de la blasfemia en el hombre de pecado, quien no sólo, como el papa, usurpará el honor de Dios como vicegerente de Dios, sino que se opondrá abiertamente a Dios al fin.
4. Aquí se refiere a Daniel 11:36. Pablo da a entender que las palabras usadas allí para referirse a Antíoco Epífanes serán aún más aplicables al hombre de pecado, quien es el verdadero Anticristo del Nuevo Testamento, así como Antíoco fué el Anticristo típico del Antiguo Testamento. Los anteriores reinos mundiales tuvieron cada uno una persona extraordinaria como su cabeza y personificación (así Babilonia tuvo a Nabucodonosor, Daniel 2:38, al fin; Persia tuvo a Ciro; Grecia tuvo a Alejandro, y Antíoco Epífanes, el precursor del Anticristo); así el cuarto y último reino mundial, bajo el cual ahora vivimos, tendrá una cabeza final, la personificación concentrada de todo el pecado e iniquidad desenfrenada que han existido en la Roma pagana y la Roma papal. La fase final de Roma probablemente será una alianza entre la superstición idolátrica y la infidelidad atea. Oponiéndose, y levantándose—No hay sino un artículo definido griego para los dos participios (gerundios en nuestra versión), dando a entender que el motivo por qué se opone es a fin de que pueda levantarse por encima, etc. Alford entiende la primera frase en sentido absoluto, “El que se opone (a Cristo)”, es decir, el Anticristo (1 Juan 2:18, Joel 2:18). Así como al fin del período del Nuevo Testamento, Israel apóstata se alió con el poder mundial pagano contra Jesús y sus apóstoles (Lucas 23:12, y en Tesalónica, Hechos 17:5), y fué, en justa retribución, castigado por la instrumentalidad del mismo poder mundial (siendo destruida Jerusalén por Roma), Daniel 9:26; así la iglesia degenerada (hecha “ramera”), aliándose con el poder mundial ateo (la “bestia” de Apocalipsis) contra la religión vital (es decir, la ramera sentada sobre la bestia), será juzgada por aquel poder mundial, el cual finalmente será personificado en el Anticristo (Malaquías 13:8; Malaquías 14:2; Apocalipsis 17:16). En esta Epístola temprana, la iglesia judía apóstata como la ramera y la Roma pagana como la bestia, forman el fondo histórico sobre el cual Pablo dibuja su bosquejo de la apostasía. En las Epístolas Pastorales, que son posteriores, esta profecía aparece en conexión con el gnosticismo que en la época posterior infectaba la iglesia. La ramera (la iglesia apóstata) ha de ser juzgada primero por la bestia (el poder mundial) y sus reyes (Apocalipsis 17:16); y más tarde las bestias y sus aliados (con el Anticristo personal a su cabeza, quien parece surgir después del juicio de la ramera, o la iglesia apóstata) serán juzgados por la venida de Jesús mismo (Apocalipsis 19:20). Tendencias anticristianas producen anticristos diferentes; estos anticristos separados más tarde hallarán su consumación en un individuo, quien los excederá a todos en la intensidad de su carácter malvado. [Auberlen]. Pero el juicio pronto le alcanzará. El es necesariamente un hijo de la muerte, inmediatamente después de su subida del abismo, yendo a la perdición (Apocalipsis 17:8, Apocalipsis 17:11). Idolatría de sí mismo (egolatría), orgullo espíritual y rebelión contra Dios son sus características; así como la adoración de Cristo, la humildad y dependencia de Dios, caracterizan al cristianismo. El Anticristo no sólo toma para sí el papel de Cristo (como los “cristos falsos”, Mateo 24:24), sino que “se opone” a Cristo. La palabra griega da a entender uno colocado en el bando contrario (véase 1 Juan 2:22, Joel 2:22; Joel 1:7). Uno quien, en ocasión de la destrucción de todas las religiones, buscará establecer su propio trono, y por la gran verdad de Dios de que “Dios es hombre” sustituir su propia mentira de “El hombre es Dios.” [Trench.] contra todo lo que se llama Dios—(1 Corintios 8:5). El papa (por ejemplo, Clemente VI) aun mandó a los ángeles que admitieran al Paraíso, sin los supuestos dolores del purgatorio, a ciertas almas. Pero aun así esto no es sino un presagio del Anticristo, quien no obrará, como el Papa, en nombre de Dios, sino contra Dios. o que se adora—Roma aquí nuevamente nos da un presagio del Anticristo. La palabra griega es Sebasma; Sebastós es el nombre griego por Augusto, quién era adorado como el gobernante secular y vicerregente divino. El papado se ha levantado sobre las ruinas del poder de César. El anticristo se ensalzará sobre todo objeto de culto, sea sobre la tierra como el César, sea en el cielo como Dios. Las diferentes prefiguraciones del Anticristo, Mahoma, Roma, Napoleón, y el moderno secularismo ateo, contienen sólo algunas, no todas, sus características. Es la unión de todas éstas en alguna persona individual la que formará al Anticristo completo, así como la unión en una persona, Jesús, de todos los tipos y profecías constituyó el Cristo completo. [Olshausen]. en el templo de Dios como Dios—“El reinará un tiempo, y tiempos y medio tiempo” (Daniel 7:25), es decir, tres años y medio, y se sentará en el templo en Jerusalén; entonces vendrá el Señor del cielo y le arrojará en el lago de fuego y traerá a los santos los tiempos de su reinado, el séptimo día de descanso santo, y dará a Abrahán la herencia prometida”. [Ireneo, Adversus Hereses, 30:4]. haciéndose parecer Dios—con ostentación blasfema y arrogante (véase un tipo, Hechos 12:21). Los primeros “padres” unánimemente esperaban a un Anticristo personal. Existen dos objeciones a que el romanismo sea considerado como el Anticristo, aunque probablemente el romanismo dejará en él su culminación: (1) Tan lejos está el romanismo de oponerse a todo lo que se llama Dios, que la adoración de dioses y señores muchos (la virgen María y los santos) es un rasgo prominente en él; (2) el papado existe desde hace más de doce siglos, y todavía no ha venido Cristo, mientras que la profecía considera al Anticristo final como de corta vida, y pronto destinado a la perdición en la venida de Cristo (Apocalipsis 17:8, Apocalipsis 17:11). Gregorio el Grande declaró contra el patriarca de Constantinopla que quienquiera asumiera el título de “obispo universal”, sería “el precursor del Anticristo”. El papado ha cumplido esta profecía involuntaria. El papa ha sido llamado por sus seguidores “nuestro Señor Dios el Papa”; y en su inauguración, sentado en su silla sobre el altar alto el cual es considerado su pedestal, vivamente simbolizó a aquel que “se levanta sobre todo lo que se llama Dios”. Un reparo fatal a la interpretación de que “el templo de Dios” aquí sea la iglesia (1 Corintios 3:16; 1 Corintios 6:19), es que el apóstol nunca designaría a la iglesia apóstata, anticristiana como “el templo de Dios”. Es probable que, así como el Mesías fué revelado entre los judíos en Jerusalén, así el Antimesías aparecerá entre ellos cuando estén restaurados en su propia tierra y después que hayan reedificado su templo en Jerusalén. Así Daniel 11:41, Daniel 11:45 (véanse mis notas), corresponde: “Vendrá a la tierra deseable (Judea) … y plantará las tiendas de su palacio entre los mares, en el monte deseable del santuario”; y entonces (Daniel 12:1): “En aquel tiempo se levantará Miguel el gran príncipe” para libertar al pueblo de Dios Véase Nota, Daniel 9:26. También el rey de Asiria. tipo del Anticristo (Isaías 14:12). “Lucifer” (un titulo del Mesías, tomado por el Anticristo, Apocalipsis 22:16): “En lo alto junto a la estrellas de Dios ensalzaré mi solio, y en el monte del testimonio (eso es, el lugar de reunión de Dios con su pueblo antiguo, el templo) me sentaré, a los lados del aquilón (Salmo 48:2), seré semejante al Altísimo”. Apocalipsis 11:1, “El templo de Dios … la ciudad santa” (es decir, Jerusalén, Mateo 4:5), véase Salmo 68:18, Salmo 68:29, refiriéndose a un período después de Cristo, por lo tanto todavía no cumplido (Isaías 2:1; Ezequiel 40-44; Malaquías 14:16; Malaquías 3:1). “En el templo de Dios” da a entender que es un enemigo interno, no externo, quien atacará a la iglesia. El Anticristo durante los primeros tres años y medio de la semana profética guardará el pacto de Dios, luego lo violará y usurpará honores divinos en medio de la semana. Algunos creen que el Anticristo será judío. De todos modos, “con lisonjas” inducirá a muchos, no sólo de los gentiles, sino también de “las tribus” de Israel (así el griego por “linajes”, Apocalipsis 11:8) a reconocerle como su Mesías por largo tiempo esperado, en la misma “ciudad donde fué crucificado nuestro Señor”. “Se sentará” aquí da a entender que él ocupará el lugar de poder y majestad en oposición a aquel que “está sentado a la diestra de la majestad en las alturas” (Hebreos 1:3), y que vendrá a sentarse allí donde se sentó el usurpador (Mateo 26:64). Notas Daniel 9:27; Apocalipsis 11:2, Apocalipsis 11:9, Apocalipsis 11:11. Véase Ezequiel 28:2, Ezequiel 28:6, Ezequiel 28:9, Ezequiel 28:13, Ezequiel 28:16, en cuanto a Tiro, el tipo del Anticristo, caracterizado por semejante arrogancia blasfema.
5. ¿No os acordáis—refutando a los que representan a Pablo como equivocado en cuanto a la venida inmediata del Señor cuando les escribía su primera Epístola, error que él ahora trata de corregir. os decía esto—más de una vez, lit., “yo estaba diciéndoos”, o “yo solía deciros”.
6. ahora vosotros sabéis—habiéndoos dicho yo. El poder que impedía habría sido poder “conocido” por los tesalonicenses. lo que impide—lo que refrena: el poder que ha restringido al hombre de pecado en su desarrollo pleno y final, es la influencia moral y conservadora de los estados politicos [Olshausen]: la estructura del proceder humano como poder coercitivo; como “el que ahora impide”, se refiere a los que gobiernan aquel proceder por el cual es dominada la gran explosión de impiedad. [Alford]. El “lo que impide” se refiere al estorbo general: “el que ahora impide”, a la persona en quien se concentra aquel estorbo. El romanismo, como precursor del Anticristo, fué restringido de esta manera por el emperador romano (entonces representante del poder coercitivo) hasta el tiempo cuando Constantino transfirió la sede del imperio a Constantinopla, el obispo romano gradualmente se elevó a la precedencia, entonces al primado, y finalmente al solo imperio por encima del poder secular. El hecho histórico del cual Pablo empieza sus predicciones fué probablemente la expulsión de los judíos de Roma por el emperador Claudio, las cuales eran los representantes del adversario anticristiano en el día de Pablo, de esta manera “impidiéndoles” en sus ataques contra el cristianismo; esto sugirió el principio que subsistirá hasta el fin del tiempo y que está por hallar su cumplimiento final en la remoción de la persona y autoridad impedidora, cuando se presentará el Anticristo en su peor aspecto. para que … se manifieste—Griego, “a fin de que”; sabéis lo que está refrenándolo, en los propósitos de Dios, de ser manifestado más temprano, “a fin de que sea revelado en su propio tiempo” (es decir, el tiempo señalado por Dios como su tiempo propio de ser manifestado), no más temprano (véase Daniel 11:35). La remoción del poder refrenador será cuando el poder civil, derivado del Imperio Romano que ha de ser, en su forma final, dividido en diez reinos (Apocalipsis 17:3, Apocalipsis 17:11), cederá, con su principal cabeza representativa por aquel tiempo existente (“el que ahora ímpide”, griego, v. 6), al prevaleciente “desorden” (anarquía), o “iniquidad”, con “el inicuo” como su personificación. La Iglesia Electa y el Espíritu no serán, como sugiere De Burgh, el poder refrenable indicado; porque los dos nunca serán del todo “quitados” (Mateo 28:20). Sin embargo, el testimonio de la Iglesia Electa y el Espíritu en ella son el gran estorbo al crecimiento de la apostasia; y es posible que, aunque el Señor aún entonces tendrá unos pocos fieles, sin embargo la energía completa del Espíritu en la Iglesia visible estorbando la energía u “operación” del “misterio de iniquidad” por el testimonio de los elegidos, será “quitada” hasta permitir la manifestación de aquel “inicuo”; y de este modo podrá ser correcta la opinión de De Burgh (Lucas 18:8; Apocalipsis 11:3). Este era un poder que los tesalonicenses fácilmente podrían “saber” por la instrucción de Pablo.
7. el misterio de iniquidad—La contraparte al “misterio de la piedad” (1 Timoteo 3:16). El anticristianismo operondo latentemente, como distinguido de su final manifestación abierta. “Misterio” en las Escrituras quiere decir, no lo que permanece siempre secreto, sino lo que está escondido por un tiempo, mas en tiempo debido es manifestado (Efesios 3:4. Efesios 3:5). Satanás recurrirá a un modo de oposición más conforme a la entonces inminente “aparición” y “presencia” del Salvador, y tomará la delantera con un esfuerzo último de mantener el dominio del mundo [De Burgh], así como en su primer advenimiento se lanzó en oposición abierta, posesionándose de los cuerpos de los hombres. “Iniquidad”, griego, desorden, ilegalidad, desobediencia; el rechazo desafiante de la ley de Dios (véase Nota, Malaquías 5:9). “Maldad” (traducido en la Versión de los Setenta por la mísma palabra griega, queriendo decir “ilegalidad”, la que Pablo emplea aquí), personificada allí como mujer, corresponde al “misterio de iniquidad”, aquí personificada finalmente en “el hombre de pecado”; así como ella finalmente fué desterrada para siempre de la Tierra Santa a su propio terruño, Babilonia, así la iniquidad y el hombre de pecado caerán ante Miguel y el Señor mismo, quien aparecerá como el Libertador de su pueblo (Daniel 12:1; Malaquías 14:3). Véase Mateo 12:43. La nación judía desposeída del espíritu malo, siendo echado fuera por el cautiverio babilónico, el demonio de la idolatría recibe finalmente una forma peor del espíritu malo, una justicia propia basada en méritos personales, la cual se opone a la justicia perfecta de Cristo. También así, la iglesia cristiana en el curso del tiempo posesionada por el demonio de la idolatría romana, después librada de él por la Reforma. después con su casa “adornada” por la hipocresia, el secularismo y el racionalismo, mas “barrida” de fe viva, entonces finalmente apostatando y nuevamente poseída por “el hombre de pecado”, y exteriormente destruída por un corto tiempo (aunque entonces aun Cristo tendrá testigos entre los judíos. Malaquías 13:9, y también entre los gentiles, Mateo 28:20), cuando de repente vendrá Cristo (Daniel 11:32; Lucas 18:7). ya—(3 Juan 1:9, Joel 1:9, 3Joel 1:100; Colosenses 2:18; 1 Timoteo 4:1)—“ahora ya está” (1 Juan 2:18, Joel 2:18; 1 Juan 4:3, Joel 4:3) como distinguido de “a su tiempo propio” de ser revelado después. La antigüedad de usanzas y dogmas antibíblicos, según aparece aquí, no es una justificación para dichas usanzas y dogmas, como “ya” en el tiempo de Pablo estaban empezando a surgir: la palabra escrita es la única prueba segura de la verdad. “El judaismo que infestaba al cristianismo es el combustible; el misterio de iniquidad es la chispa”. “Es una y la misma impureza que se difunde por muchos siglos”. [Bengel]. solamente … el que ahora impide—Tradúzcase: “Solamente (es decir, la continuación de la operación del misterio de iniquidad será sólo) hasta que sea quitado el que ahora esta impidiendo (el mismo griego como en v. 6). Entonces no obrará más en misterio, sino en manifestación abierta.
8. Tradúzcase, “el ilegal”; la personificación de toda la “ilegalidad”, desorden, desobediencia, que viene operando “en misterio” durante las edades (v. 7): “el hombre de pecado” (v. 3). al cual el Señor—Algunos de los manuscritos más antiguos leen, “Señor Jesús”. ¡Cuán terrible que aquel cuyo nombre quiere decir Dios Salvador, apareciera como el Destructor! Pero la salvación final de los creyentes exige la destrucción de su enemigo. Así como el reinado de Israel en Canaán fué inaugurado por juicios sobre las naciones por su apostasia (porque los cananeos eran originalmente adoradores del verdadero Dios: asi Melquisedec, rey de Salem, era el “sacerdote del Dios alto” Génesis 14:18; Ammón y Moab descendieron del “justo Lot”), así el reinado del Hijo de David en Sión y sobre toda la tierra será inaugurado en medio de juicios sobre el mundo cristiano apóstata. matará … y destruirá—Así Daniel 7:26, “destruído y arruinado hasta el extremo”; Daniel 11:45. Le “consumirá” por su mismo soplo (Isaías 11:4; Isaías 30:33): siendo la sentencia de juicio la espada aguda que sale de su boca (Apocalipsis 19:15, Apocalipsis 19:21). La manifestación y la destrucción del Anticristo son declaradas en la misma palabra; en su apogeo, él está más cercano a su caída: como Herodes su tipo (Isaías 1:24; Hechos 12:20). Así como un incendio que avanza, aun a la distancia consume los insectos pequeños [Crisóstomo] por su mero calor; así el mismo acercamiento de Cristo bastará para consumir al Anticristo. La misma “apariencia de la venida” del Señor de la gloria basta para mostrar al Anticristo su nadería. El es asido y “lanzado vivo dentro de un lago de fuego” (Apocalipsis 19:20). De esta manera los reinos del mundo y el de la bestia, darán lugar al reino del Hijo del hombre y de sus santos. El griego por “destruír” es “abolir” (la misma palabra en 2 Timoteo 1:10 se traduce en nuestra versión, “quitó la muerte”); es decir, hacer que desaparezca todo vestigio de él. Véase en cuanto a Gog atacando a Israel y destruído por Jehová (Ezequiel 38 y 39), de tal modo que no dejó vestigios. con el resplandor de su venida—Griego, “con la aparición de su presencia”; la primera erupción de su advenimiento, el primer destello de su presencia, basta para abolir completamente todas las huellas del Anticristo así como las tinieblas desaparecen ante la aurora. Luego, sus adherentes son “muertos con la espada que salía de su boca” Apocalipsis 19:21). La distinción que hace Bengel entre “la aparición de su presencia” (o “venida”) y “la venida” misma, no se justifica por 1 Timoteo 6:14; 2 Timoteo 1:10; 2 Timoteo 4:1, 2 Timoteo 4:8; Tito 2:13, donde la misma palabra griega por apariciσn (en nuestra versión “resplandor”) claramente se refiere a la venida misma. La expresión “apariciσn (“resplandor”) de su presencia”, se usa en terrible contraste con la manifestación del inicuo en el principio del versículo.
9. cuyo advenimiento—La mísma palabra griega se usó por la venida del Señor (v. 8), o su “presencia” personal. es—en su característica esencial. según operación—Griego, “según energνa” de Satanás, como opuesto a la energia u operacíón del Espíritu Santo en la iglesia (Nota, Efesios 1:19). Así como Cristo está relacionado con Dios, así el Anticristo está relacionado con Satanás y es su incorporación y manifestación: Satanás obra a través de él. Apocalipsis 13:2. “El dragón le dió (a la bestia) su poder, y su trono y grande potencia”. milagros mentirosos—lit., “maravillas” o “prodigios de falsedad”. Su “poder, señales y maravillas” tienen todos falsedad por base, esencia y motivo (Juan 8:44). [Alford]. En Mateo 24:24 Jesús da a entender que los milagros serán reales, aunque demoníacos, efectos misteriosos de los poderes de las tinieblas tales como aquellos de que leemos en el caso de los hechiceros egipcios, no como los que obró Jesús en su carácter, poder o motivo; porque aquéllos son contrarios a la Palabra revelada y, por lo tanto, no han de ser aceptados como evidencias de la verdad; más bien, sobre la autoridad de la segura Palabra de profecía (aquí y en Mateo 24:24) han de ser conocidos y rechazados como obrados en apoyo de la falsedad (Deuteronomio 13:1, Deuteronomio 13:5; Gálatas 1:8; Apocalipsis 13:11; Apocalipsis 19:20). Las mismas tres palabras griegas ocurren por los milagros de Jesús (Hechos 2:22, y Hebreos 2:4), mostrando que así como los magos egipcios imitaban a Moisés (2 Timoteo 3:1), así el Anticristo trata de imitar las obras de Cristo como “señal” o prueba de divinidad.
10. todo engaño—“engaño de (para promover) iniquidad” (v. 12). en los que—Los manuscritos más antiguos omiten el “en”. Tradúzcase pues, “Para los que están pereciendo” (2 Corintios 2:15; 2 Corintios 4:3): las víctimas de aquel cuyo nombre da a entender su naturaleza perecedera, “el hijo de perdición”; en contraste con vosotros quienes (v. 13) “Dios ha escogido desde el principio para salud, por la santificación del Espíritu y fe de la verdad”. por cuanto—Lit., “En pago de”; en justa retribución por no tener ellos amor por la verdad que estaba dentro de su alcance (porque la verdad pone freno a sus pasiones malas) y porque tenían ellos “placer en la injusticia” (v. 12; Romanos 1:18); ellos están perdidos porque no amaban, sino rechazaban la verdad que los habría salvado. no recibieron—Griego, “no acogieron para sí” cordialmente. el amor de la verdad—no meramente el amor a la verdad en general sino el amor a LA verdad (y Jesús quien es la Verdad, en oposición a la mentira de Satanás, vv. 9, 11; Juan 8:42), Jesús, la verdad que puede salvar (Efesios 4:21). Se nos requiere, no que demos asentimiento a la verdad meramente, sino que amemos la verdad (Salmo 119:97). Los judíos rechazaron a Aquél que vino en nombre de su divino Padre; ellos recibirán al Anticristo que vendrá en su propio nombre (Juan 5:43). Su pecado placentero llegará a ser su terrible castigo.
11. Por tanto—“A causa de esto”; porque “no recibieron el amor a la verdad”. La mejor salvaguardia contra el error es “el amor a la verdad”. les envía—Griego, “está enviando”; el “engaño” ya está empezando. Judicialmente envía Dios dureza de corazón a los que han rechazado la verdad, y los entrega en justo juicio a los engaños de Satanás (Isaías 6:9; Romanos 1:24, Romanos 1:28). Ellos primero rechazan el amor a la verdad, luego Dios los entrega a los engaños de Satanás, finalmente ellos se acomodan “creyendo la mentira”: terrible culminación de su carrera (1 Reyes 22:22; Ezequiel 14:9; Job 12:16; Mateo 24:5, Mateo 24:11; 1 Timoteo 4:1). operación de error—Griego, “energía de error”, respondiendo a la “operación (“energía”) de Satanás” (v. 9); la misma expresión se refiere a la operación del Espíritu Santo en los creyentes: “operación eficaz” (“enérgica”) y “poderosa” (Efesios 1:19). para que crean a la mentira—no “la mentira” en general, sino la mentira que les dice el Anticristo, apelando a sus milagros como precbas de ella (v. 9).
12. Para que sean condenados todos—Aquí afirma el apóstol la proposición general que se refiere especialmente a los adherentes del Anticristo. No todos en la Iglesia de Roma, o en otros sistemas anticristianos, serán condenados, sino sólo “todos los que no creyeron la verdad” cuando les fué ofrecida, “antes consintieron a la iniquidad”—se complacieron en la iniquidad (Romanos 1:32; Romanos 2:8). El amor a la injusticia es el gran obstáculo a que crean en la verdad.
13. Mas nosotros—En precioso contraste con la condenación de los perdidos (v. 12) está la “salvación” de los convertidos de Pablo. debemos—como solemne deber (cap. 1:3). dar siempre gracias a Dios—no a nosotros, vuestros ministros, ni a vesotros, nuestros convertidos. amados del Señor—de Jesús (Romanos 8:37; Gálatas 2:20; Efesios 5:2, Efesios 5:25). En otros lugares se dice que Dios el Padre nos ama (v. 16; Juan 3:16; Efesios 2:4; Colosenses 3:12). Por lo tanto Jesús y el Padre son uno. desde el principio—“Antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4; véase 1 Corintios 2:7; 2 Timoteo 1:9); en contraste con los que “adorarán la bestia, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fué muerto desde el principio del mundo” (Apocalipsis 13:8). Algunos de los manuscritos más antiguos leen como nuestra versión “desde el principio”; pero otros y la Vulgata leen. “como primeros frutos”. Los tesalonicenses estaban. entre los primeros convertidos en Europa (véase Romanos 16:5; 1 Corintios 16:15). En sentido más general, ocurre en Santiago 1:18; Apocalipsis 14:4; así lo entiendo aquí en el sentido más restringido. os haya escogido—El griego aquí no es el término ordinario por “elegido”, que da a entender su eterna elección; sino “tomado para sí”, dando a entender que él los ha adoptado en su propósito eterno Se halla en la Versión de los Setenta (Deuteronomio 7:7; Deuteronomio 10:15). por—más bien como el griego, “en santificación” como el elemento en el cual el escogimiento para salvación tuvo lugar (véase 1 Pedro 1:2), estando en contraste con la “injusticia”, el elemento en que los seguidores del Anticristo son entregados por Dios a condenación (v. 12). del Espíritu—santificación obrada por el Espíritu, quien santifica todo el pueblo electo de Dios, primero consagrándolo eternamente a una santidad perfecta en Cristo una vez para siempre, luego comunicándole progresivamente la santidad. fe de la verdad—en contraste con “no creyeron a la verdad” (v. 12).
14. os llamó—Los manuscritos más antiguos leen “nos llamó”. por nuestro evangelio—“a través de” el evangelio que nosotros predicamos. para alcanzar la gloria—lit., “para obtención de la gloria”. En el v. 13 fué “para salvación”, es decir, libramiento de todo mal, del cuerpo y del alma (1 Tesalonicenses 5:9); aquí es un bien positivo, aun la “gloria” y ésta “la gloria de nuestro Señor Jesucristo” mismo, la cual los creyentes tienen el privilegio de compartir con él (Juan 17:22, Juan 17:24; Romanos 8:17, Romanos 8:29; 2 Timoteo 2:10).
15. Así que—La elección soberana de Dios de los creyentes, lejos de ser un motivo para la inacción de parte de ellos, es en realidad el estímulo más fuerte a la acción y perseverancia en su elección. Véase el argumento, Filipenses 2:12; “Ocupaos en vuestra propia salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros obra”, etc. No podemos explicar esto en teoría; pero para los sinceros y humildes, es clara la acción práctica sobre el principio. “Privilegio primero, luego el deber”. [Edmunds]. estad firmes—para no ser “sacudidos o conturbados” (v. 2). retened—a fin de no soltar. No añadiendo nada, no substrayendo nada. [Bengel]. Los tesalonicenses no habían “retenido firmemente” las enseñanzas orales de Pablo, mas se habían dejado engañar por fingidas revelaciones espirituales, y por palabras y cartas que se fingía eran de Pablo (v. 2), acerca de que “el día del Señor estuviese inmediatamente cercano”. doctrina—verdades entregadas y transmitidas oralmente o por escrito (cap. 3:6; 1 Corintios 11:2; griego, “tradiciones”). El verbo griego del cual se deriva este sustantivo, es usado por Pablo en 1 Corintios 11:23; 1 Corintios 15:3. Por estos tres pasajes en que la palabra “tradición” se usa en un sentido bueno, Roma ha argüido a favor de una acumulación de tradiciones no inspiradas, las cuales virtualmente anulan la palabra de Dios, aunque presentadas como autoridad coordinada con la Biblia. Ella se olvida de diez pasajes (Mateo 15:2, Mateo 15:6; Marco 7:3, Marco 7:5, Marco 7:8, Marco 7:13; Gálatas 1:14; Colosenses 2:8), donde son estimatizadas las tradiciones humanas no inspiradas. Ni aun todas las palabras de los apóstoles eran inspiradas (por ejemplo, la disimulación de Pedro, Gálatas 2:11), sino sólo cuando afirmaban ser inspirados, como en sus palabras más tarde incorporadas en sus escritos canónicos. La inspiración oral fué necesaria en el caso de ellos mientras no estuviese completo el canon de la Palabra escrita; ellos probaron su posesión de la inspiración, por medio de milagros obrados en apoyo de la nueva revelación, la cual, además, acordaba con la revelación existente en el Antiguo Testamento: una prueba adicional que hacía falta además de los milagros (véase Deuteronomio 13:1; Hechos 17:11). Cuando el canon ya estaba completo, la infalibilidad de los hombres vivos (los apóstoles) fué transferida a la Palabra escrita, la que es ahora la única guía infalible, interpretada por el Espíritu Santo. Poco más ha llegado hasta nosotros por la tradición más antigua y universal además de ésta, la completa suficiencia de las Escrituras como guía a la salvación. Por lo tanto, por la tradición, somos constreñidos a rechazar toda tradición no contenida en las Escrituras o no capaz de ser probada por ellas. Los “padres” son valiosos como testigos de hechos históricos, los que dan fuerza a las insinuaciones de las Escrituras; tales como el día semanal del Señor, el bautismo de infantes, y la autenticidad de las Escrituras. (Será difícil que nuestro autor halle en la Biblia alguna “insinuación” referente al bautismo infantil. Desacreditamos toda mención por los “padres”, por antiguos que sea, del bautismo infantil, porque tal práctica “no concuerda” con la enseñanza del Nuevo Testamento, como el autor pone como condición para aceptar la tradición. Nota del Trad.) La tradición (en el sentido de testimonio humano) no puede establecer una doctrina, mas puede autenticar un hecho, tales como los hechos recién mencionados. La tradición inspirada, en el sentido en que Pablo usa la palabra aquí, no es una tradición oral suplementaria que complete nuestra Palabra escrita, sino que es idéntica con la Palabra escrita ahora completa; en aquel entonces ésta no estaba completa y la tradición, en parte oral, en parte escrita, era necesaria y continuaba siéndolo hasta que, estando completa esta parte (la escrita) antes de la muerte de San Juan, el último de los apóstoles, la primera parte (la oral) ya no hacía más falta. Las Escrituras, según Pablo, son la guía completa y suficiente en todo lo que tiene que ver con hacer “que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruído para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16). Es por dejar la tradición divinamente inspirada de Pablo a favor de las tradiciones humanas que Roma ha venido a ser la precursora y madre del Anticristo. Es un hecho notable que, de este mismo capítulo que denuncia al Anticristo, ella saca un argumento a favor de sus “tradiciones” por medio de las cuales ella apoya el anticristianismo. Por el hecho de que la palabra oral de los apóstoles fué tan digna de fe como su palabra escrita, no resulta de ninguna manera que la palabra de los no apóstoles sea tan digna de confianza como la palabra escrita de aquellos que eran los apóstoles y evangelistas inspirados de Jesucristo. Ninguna tradición de los apóstoles, además de su palabra escrita, puede ser probada genuina por evidencia satisfactoria. No estamos más obligados a aceptar implícitamente la interpretación de las Escrituras por los “padres”, por haber aceptado nosotros su testimonio respecto del canon, que lo que estamos obligados a aceptar la interpretación del Antiguo Testamento por los judíos, por haber aceptado el canon del Antiguo Testamento por el testimonio de ellos. por carta nuestra—como distinguida de “carta como nuestra”, v. 2, es decir, que profesa ser “nuestra”, mas no lo es. Pablo se refiere aquí a su Primera Epístola a los Tesalonicenses.
16, 17. el mismo Señor—por su propia potencia, en contraste con nuestra debilidad, asegurando la eficacia de nuestra oración. Aquí está primero nuestro Señor Jesús; en 1 Tesalonicenses 3:11, “Dios nuestro Padre”. el cual nos amó—en la obra de redención. Refiriéndose tanto a nuestro Señor Jesús (Romanos 8:37; Gálatas 2:20) como a Dios nuestro Padre (Juan 3:16). consolación eterna—No transitoria, como los consuelos terrenales en medio de las pruebas (Romanos 8:38). Esta es para todo tiempo presente, y luego “buena esperanza” para lo futuro. [Alford]. por gracia—más bien como el griego, “EN gracia”; a ser unido con “nos dió”. La gracia es el elemento en el cual el don es dado. Consuele vuestros corazones—conturbados como habéis estado por aquellos que anunciaron la venida inmediata del Señor. toda buena palabra y obra—Los manuscritos más antiguos invierten el orden, “en toda obra y palabra buena”. El establecerse en éstas era lo que necesitaban los jóvenes creyentes de Tesalónica, no las enseñanzas fanáticas (véase 1 Corintios 15:5).