Colosenses 2:1-23
1 Quiero, pues, que sepan cuán grande conflicto tengo por ustedes, por los de Laodicea y por todos los que nunca me han visto personalmente
2 para que unidos en amor, sus corazones sean reanimados hasta lograr toda la riqueza de la plena certidumbre de entendimiento, para conocer el misterio de Dios; es decir, Cristo mismo.
3 En él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
4 Digo esto para que nadie los engañe con falsos argumentos persuasivos.
5 Pues, aunque estoy ausente en el cuerpo, no obstante, en espíritu estoy con ustedes, gozándome y mirando su buen orden y la firmeza de su fe en Cristo.
6 Por tanto, de la manera que han recibido a Cristo Jesús el Señor, así anden en él,
7 firmemente arraigados y sobreedificados en él, y confirmados por la fe así como han sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
8 Miren que nadie los lleve cautivos por medio de filosofías y vanas sutilezas, conforme a la tradición de hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no conforme a Cristo.
9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad;
10 y ustedes están completos en él, quien es la cabeza de todo principado y autoridad.
11 En él también ustedes fueron circuncidados con una circuncisión no hecha con manos, al despojarlos del cuerpo pecaminoso carnal mediante la circuncisión que viene de Cristo.
12 Fueron sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también fueron resucitados juntamente con él por medio de la fe en el poder de Dios que lo levantó de entre los muertos.
13 Mientras ustedes estaban muertos en los delitos y en la incircuncisión de su carne, Dios les dio vida juntamente con él, perdonándonos todos los delitos.
14 Él anuló el acta que había contra nosotros, que por sus decretos nos era contraria, y la ha quitado de en medio al clavarla en su cruz.
15 También despojó a los principados y las autoridades, y los exhibió como espectáculo público habiendo triunfado sobre ellos en la cruz.
16 Por tanto, nadie los juzgue en asuntos de comida o de bebida, o respecto a días de fiesta, lunas nuevas o sábados.
17 Todo ello es solo una sombra de lo porvenir, pero la realidad pertenece a Cristo.
18 Nadie los prive de su premio fingiendo humildad y culto a los ángeles, haciendo alarde de lo que ha visto, vanamente hinchado por su mente carnal,
19 y no aferrándose a la cabeza de la cual todo el cuerpo, nutrido y unido por coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.
20 Siendo que la muerte de ustedes con Cristo los separó de los principios elementales del mundo, ¿por qué, como si aún vivieran en el mundo, se someten a ordenanzas como:
21 “No uses ni gustes ni toques”?
22 Tales cosas son destinadas a perecer con el uso pues son según los mandamientos y las doctrinas de hombres.
23 De hecho, semejantes prácticas tienen reputación de ser sabias en una cierta religiosidad, en la humillación y en el duro trato del cuerpo, pero no tienen ningún valor contra la sensualidad.
SU LUCHA EN ORACION POR LA FIRMEZA DE ELLOS EN CRISTO; DE QUIEN LES ACONSEJA NO SEAN SEDUCIDOS POR SABIDURIA FALSA.
1. Porque—Explica en qué sentido “trabajaba combatiendo” (cap. 1:29). Tradúzcase como el griego, “Quiero que sepáis cuán grande contienda (la misma palabra griega como en cap. 1:29, “agonía de conflicto” de oración ferviente, ansiosa; no conflicto con los maestros falsos, lo que le habría sido imposible ahora en la cárcel) tengo por vosotros”. por los que están en Laodicea—expuestos al mismo peligro de maestros falsos como los colosenses (véase cap. 4:16). Este peligro fué probablemente la causa de que él escribiera a Laodicea como también a Colosas. nuncavieron mi rostro en carne—inclusive los de Hierápolis (cap. 4:13). Pablo se consideraba “deudor” a todos los gentiles (Romanos 1:14). Su “rostro” y presencia habrían sido un “consuelo” (v. 2; Hechos 20:38). Véase cap. 1:4, 7, 8, en prueba de que él no había visto sino sólo oído acerca de los colosenses. Por esto él se esfuerza en solícito conflicto con Dios en oración ardiente por ellos, para suplir la falta de su presencia corporal entre ellos. Aunque “ausente en la carne, estoy con vosotros en espíritu” (v. 5).
2. que sean confortados sus corazones—los corazones “de ellos”, los de Laodicea y “todos los que nunca vieron mi rostro” (v. 1). La palabra “sus” comparada con “os” (v. 4), prueba que en v. 1 las palabras “nunca vieron mi rostro en carne”, es un término general para aquellos por los cuales Pablo dice que tiene “gran solicitud” o “contienda”, incluyendo en particular, “vosotros” (colosenses) y “los de Laodicea”. Pues es evidente que la oración de “que sean confortados sus corazones”, tiene que incluír en sí a los colosenses, a favor de quienes dice, “gran solicitud tengo”. Entonces es un modo abreviado de expresión por decir, “que sean confortados vuestros corazones y los de ellos” (“sus”). Alford traduce “confirmados”, o permite “confortados” en su sentido radical original de fortalecidos. Pero el griego apoya nuestra versión; el sentido, también, es claro: confortados con la consolación de aquellos a quienes Pablo no había visto y a favor de quienes, por consiguiente, luchaba en oración tanto más fervientemente; puesto que estamos más ansiosos a favor de los amigos ausentes que de los presentes. [Davenant]. Sus corazones serían consolados, “sabiendo qué contienda tenía él a favor de” ellos, y cuánto se interesaba por el bienestar de ellos; y también siendo librados de dudas al aprender de parte del apóstol que la doctrina que ellos habían oído de Epafras fué verdadera y cierta. Escribiendo a iglesias que él había instruído cara a cara, él entra en detalles particulares acerca de ellas, como padre dirigiendo a sus hijos. Pero a aquellas entre las cuales él no había estado en persona, trata de las verdades más generales de la salvación. unidos—estrechamente; “tejidos juntos”, en amor—el vínculo o elemento de tejer juntos; el antídoto del efecto divisor cismático de la doctrina falsa. Trátase del amor a Dios y del amor mutuo en Cristo. en—más bien “para”; el fin y objeto de ser “unidos”. todas riquezas—griego, “todas las riquezas de la plena seguridad (1 Tesalonicenses 1:5; Hebreos 6:11; Hebreos 10:22) del entendimiento (cristiano)”. La acumulación de frases, no sólo “el entendimiento”, sino “la plena seguridad del entendimiento”; no sólo esto, sino “todas las riquezas de”, etc., da a entender cómo él deseaba impresionarlos con la suma importancia del tema a tratarse. para conocer—griego, “para conocimiento”; más todavía, “para pleno conocimiento”, o “conocimiento exacto”, pues es palabra distinta de “conocimiento” del v. 3. Traduce Alford, “a través del conocimiento”. Reconocimiento no es bastante fuerte; porque ellos en cierta medida reconocían la verdad; lo que les hacía falta era el conocimiento completo y exacto de ella (véanse Notas, cap. 1:9, 10; Filipenses 1:9). de Dios, y del Padre, y de Cristo—Los manuscritos más antiguos omiten “y del Padre y de”; entonces tradúzcase, “De Dios (es decir) Cristo”. Dos manuscritos muy antiguos leen: “de Dios el Padre de Cristo”.
3. En el cual—más bien, “en quien” (no como Alford “en el cual,” refiriéndose a “el misterio”). Cristo mismo es el “misterio” (v. 2; 1 Timoteo 3:16), y a Cristo se refiere el pronombre relativo, y a Cristo, “en quien están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento”. El “todos” aquí corresponde a “todas” en v. 2; como “tesoros” responde a “riquezas”; es de los tesoros de donde proceden las riquezas (v. 2). “Están” es el predicado de la oración; todos los tesoros ESTAN en él; “escondidos” es afirmado del estado o manera en que están en él los tesoros. Como una mina de riquezas desconocidas e inagotables, los tesoros de sabiduría y conocimiento están en él escondidos, mas no con el fin de quedar así; sólo hace falta que sean explorados para que lleguéis “a todas las riquezas” que están allí (v. 2); pero mientras vosotros, colosenses, no os esforcéis por alcanzar “el pleno conocimiento” (véase Nota, v. 2) de ellos, quedarán “escondidos”. Véase la parábola, Mateo 13:44, “el tesoro escondido”. Este sentido concuerda con el intento del apóstol y anula la objeción de Alford de que “los tesoros no están escondidos, sino revelados”. “Escondidos” claramente responde a “misterio” (v. 2), el cual, según el propósito de Dios, si somos fieles, no quedará “escondido”, sino que será revelado (véase 1 Corintios 2:7). Sin embargo, como la mina es inagotable, siempre habrá, durante toda la eternidad, nuevos tesoros en Cristo los cuales han de ser retirados de su estado escondido. sabiduría—general, y en cuanto a la verdad experimental y práctica; de donde viene el “conocimiento” (v. 2). conocimiento—especial e intelectual en cuanto a la verdad doctrinal; de donde proviene “el pleno conocimiento” (v. 2).
4. Y—mejor, “pero”. Véase con “para que nadie”, etc. vv. 8, 16, 18. Se refiere a la mezcla del judaísmo con la filosofía oriental, y la combinación de esta mezcla con el cristianismo. palabras persuasivas—plausibles, pues llevaban la apariencia de sabiduría y de humildad (vv. 18, 23).
5. Porque—Argumento contra el que ellos se permitiesen ser engañados, sacado de una consideración de su autoridad personal, como si estuviese él presente. gozándome y mirando—mirando con gozo. concierto—vuestro buen orden; respondiendo a “unidos” (v. 2) como un cuerpo bien organizado. La misma palabra griega como la por “unidos” o “tejidos juntos”, se usa por el “cuerpo” de la iglesia, “bien ligado entre sí”, en Efesios 4:16. Véase 1 Corintios 14:33, 1 Corintios 14:40. firmeza—griego, “el cimiento firme (o sólido)”. Así como “concierto” expresa el aspecto exterior de la iglesia, así “firmeza” expresa la base interior sobre la cual la iglesia se apoyaba. El griego literalmente da a entender, no una calidad abstracta, sino la cosa en lo concreto; de modo que su “fe” es la cosa sólida que constituía la base de su iglesia.
6. “Por lo tanto, de la manera que recibisteis (una vez para siempre—el tiempo aoristo—de Epafras) a Jesús el Cristo como vuestro Señor (véanse 1 Corintios 12:3; 2 Corintios 4:5; Filipenses 3:8), así andad en él”. No dice meramente, “recibisteis” la doctrina de Cristo, sino a “Jesús” mismo; ésta es la esencia de la fe (Juan 14:21, Juan 14:23; Gálatas 1:16). Ya habéis recibido una vez para siempre el Espíritu de vida en Cristo; llevad a la práctica esa vida en vuestro caminar (Gálatas 5:25). Este es el alcance principal de la Epístola.
7. Arraigados—(Efesios 3:17). sobreedificados—griego, “siendo sobreedificados”, acción progresiva. Así como “arraigados” da a entender su vitalidad, así “edificados”, su solidez maciza. Como en los Cantares de Salomón, cuando una imagen no basta para expresar los diversos aspectos de la verdad divina, se emplea otra para suplir la idea buscada. Así “caminar”, una tercera imagen (v. 6), expresa el pensamiento que no podían expresar “arraigados” y “sobreedificados”, la idea de movimiento hacia adelante. “Arraigados” está en el tiempo perfecto, o pasado, dando a entender su conversión y vital injerto “en él”. “ Sobreedificados” es tiempo presente (en el griego), que da a entender crecimiento progresivo en la religión mediante la unión con él. Efesios 2:20 se refiere a la iglesia; pero este pasaje aquí se refiere a su progreso individual en la edificación (Hechos 20:32). creciendo en ella con hacimiento de gracias—avanzando hacia una madurez más completa (véase v. 2) en la fe, “con hacimiento de gracias” a Dios, el autor benévolo de toda esta bendición.
8. Tradúzcase, “Mirad que no haya alguno (como yo temo que haya: el indicativo del griego indica esto) que os esté (señalando a algún emisario de mal, Gálatas 1:7 extraviando como presa suya por medio de la filosofía” (la de él), etc. El apóstol no condena toda filosofía, sino la filosofía” (así el griego) de los herejes judeo-orientales en Colosas, la cual más tarde se desarrolló en el gnosticismo. Vosotros, que tenéis “las riquezas de plena seguridad” y los “tesoros de sabiduría”, no debéis permitir que os extravíen como preso por una filosofía vana, vacía y engañosa. Las “riquezas” está en contraste con “presa”; “plena” con “vana” o “hueca” (vv. 2, 3, 9). según las tradiciones de los hombres—en oposición a la “plenitud de la divinidad”. Referido a las tradiciones de los rabinos en Marco 7:8. Cuando los hombres no podían hacer que la revelación aun pareciera hablar de los profundos misterios en los cuales ellos tenían curiosidad de escudriñar, entonces introdujeron la filosofía humana y las pretendidas tradiciones como ayuda, como si alguno trajese una lámpara al reloj del sol para averiguar la hora. Los maestros falsos se jactaban de una sabiduría superior en teoría, transmitida por tradición entre los iniciados; en la práctica prescribían el ascetismo, como si la materia y el cuerpo fuesen manantiales de maldad. La Frigia (en donde estaba Colosas) tenía una propensión hacia lo místico y mágico, lo que apareció en su culto a Cibeles y en el montanismo posterior. [Neander]. los elementos del mundo—(Nota, Gálatas 4:3). “Los rudimentos” o lecciones elementales “del mundo (exterior)”, tales como las ordenanzas legales; nuestras lecciones infantiles de tendencia judaica (vv. 11, 16, 20; Gálatas 4:1). Pero Neander entiende “elementos del mundo”, en el sentido de lo que es terrenal, carnal y externo, no como “los rudimentos de religión” en el judaísmo y paganismo. no según Cristo—Su jactanciosa “filosofía” superior no es sino tradición humana, un apego a lo carnal y mundano, y no a Cristo. Aunque nominalmente reconocían a Cristo, en espíritu le negaban por su doctrina.
9. Porque—La “filosofía” de ellos (v. 8) no es “según Cristo”, como lo es toda filosofía verdadera, y todo lo que no proviene de él y no tiende hacia él, es un engaño; “porque en él (solo) habita”, como en un templo, etc. la plenitud—(cap. 1:19; Juan 14:10). de la divinidad—La palabra griega (Theótes) quiere decir la esencia y naturaleza de la divinidad, no meramente las perfecciones y los atributos divinos (griego, theiótes). Como hombre, Cristo no era simplemente semejante a la divinidad, sino en el sentido más completo era Dios. corporalmente—no meramente como antes de su encarnación, sino ahora “corporalmente en él” como el Verbo encarnado (Juan 1:14, Juan 1:18). Los creyentes, por su unión con él, participan de su plenitud de la naturaleza divina (Juan 1:16; Nota, Efesios 3:19; 2 Pedro 1:4).
10. Y—Y por lo tanto. Tradúzcase en el orden griego, “Y en él estáis (por virtud de la unión con él) llenados completamente” de todo lo que os hace falta (Juan 1:16). Los creyentes reciben de la unción divina que desciende de su divina Cabeza y Sumo Sacerdote (Salmo 133:2). El está lleno (pleno) de la “plenitud” misma; nosotros somos llenados desde él. Lo que Pablo da a entender es, por lo tanto, vosotros colosenses, no necesitáis ninguna fuente suplementaria de la gracia, como aquellas con las cuales sueñan los maestros falsos. Cristo es “la Cabeza de todo gobierno y autoridad” (así el griego), Efesios 1:10; El, pues, sólo, y no estas “autoridades” inferiores también, ha de ser adorado (v. 18).
11. Da a entender que ellos no necesitaban el rito externo de la circuncisión, como enseñaban los judaizantes, puesto que ya tenían la realidad interna espiritual de aquel rito. sois circuncidados—Más bien, como el griego, “Fuisteis (una vez para siempre) circuncidados (espiritualmente, en vuestra conversión y bautismo, Romanos 2:28; Filipenses 3:3) de una circuncisión no hecha con manos”; en contraste con “la circuncisión hecha con mano en la carne” (Efesios 2:11). El mismo cuerpo de Cristo, por el cual el creyente es santificado, se dice que no fué “hecho con manos” (Marco 14:58; Hebreos 9:11; véase Daniel 2:45). con el despojamiento—más bien como el griego, “con vuestro despojamiento”, pues el artículo definido tiene esta fuerza aquí; como el acto de quitarse una ropa vieja (Efesios 4:22), aludiendo al despojamiento del prepucio en la circuncisión. del cuerpo de los pecados de la carne—Los manuscritos más viejos leen, “el cuerpo de la carne”, omitiendo “de los pecados” es decir, “el cuerpo” cuya característica prominente es la carnalidad (véase Romanos 8:13, donde “la carne” y “el cuerpo” se corresponden mutuamente). Este cuerpo de carne, en su aspecto pecaminoso, es despojado en el bautismo (cuando el bautismo responde a su ideal) como el sello de la regeneración cuando es recibido en arrepentimiento y fe. En la circuncisión el prepucio sólo es quitado; en la regeneración cristiana. “el cuerpo de la carne” es quitado espiritualmente, por lo menos es así en su concepción ideal, por imperfectamente que realicen aquel ideal los creyentes individuales. en la circuncisión de Cristo—Esta circuncisión espiritual se realiza en o por la unión con Cristo. cuya “circuncisión”, por la cual se hizo responsable de nosotros para guardar toda la ley, es imputada a los creyentes para justificación; y la unión con él, en toda su obediencia vicaria, inclusive su circuncisión, es el manantial de la santificación. Alford hace que ésta sea la explicativa de la anterior “circuncisión hecha sin manos”, es decir, “la circuncisión efectuada por vuestra unión con Cristo”. La opinión anterior, me parece, concuerda mejor con el v. 12; cap. 3:1, 3, 4, pasajes que hacen que el creyente, por la unión espiritual con Cristo, tenga participación personal en los distintos estados de Cristo, es decir, en su muerte, resurrección y venida en gloria. Nada fué hecho o sufrido por nuestro Mediador como tal, que no pueda ser obrado en nuestra alma o representado en nuestro espíritu. La opinión de Pearson, sin embargo, es la de Alford. Josué, el tipo (no Moisés en el desierto), circuncidó a los israelitas en Canaán (Josué 5:2) la segunda vez; los que salieron de Egipto habían sido circuncidados y después murieron en el desierto; pero los nacidos después del Exodo, no habían sido circuncidados. Jesús, el tipo, es autor de la verdadera circuncisión que, por lo tanto, es llamada “la circuncisión de Cristo” (Romanos 2:29). Así como Josué fué “ministro de Moisés”, así Jesús es “ministro” de la circuncisión “por la verdad de Dios” a los gentiles (Romanos 15:8).
12. Tradúzcase, “Siendo sepultados juntamente con él en vuestro bautismo”. El participio aoristo aquí es coincidente en tiempo con el verbo precedente (v. 11), “fuisteis circuncidados”. El bautismo aquí se considera como la sepultura de la vieja vida carnal, con la cual el acto de la inmersión corresponde simbólicamente; y en climas cálidos donde la inmersión es exenta de todo peligro, es el modo más conforme con el significado de la ordenanza; pero el espíritu de la ordenanza es conservada por la infusión, donde la inmersión sería incómoda o peligrosa; insistir en la inmersión literal en todos los casos sería mero ceremonialismo legalista (Romanos 6:3). (No aceptamos la opinión del autor acerca de la substitución del rociamiento por el modo primitivo del bautismo, pues cambiando la forma, han cambiado ellos también el simbolismo, con el resultado de que el llamado bautismo practicado en muchas iglesias ha llegado a ser un “ceremonialismo legalista” sin sentido. Además, nunca hemos conocido un bautismo por inmersión que fuese “peligroso”, nunca hemos oído de un caso, aun en climas fríos, en que el sumergido haya sufrido efectos adversos. (Nota del Trad.) resucitasteis—más bien como el griego “fuisteis resucitados con él”. por la fe de, etc.—por medio de vuestra fe en la operación de Dios; de modo que tenemos “fe de” por “fe en” (Efesios 3:12; Filipenses 3:9). La fe en la poderosa operación de Dios en levantar de nuevo a Jesús, es la fe salvadora (Romanos 4:24; Romanos 10:9); y es obrada en el alma por la misma “poderosa operación” de él, por la cual Dios “levantó a Jesús de entre los muertos” (Efesios 1:19). Bengel me parece a mí (no como lo entiende Alford), expresa este sentido, es decir, “Por la fe que es una obra de la operación de Dios, quien”, etc. Efesios 1:19 concuerda con esto; el mismo gran poder de Dios se emplea en levantar a uno que está muerto espiritualmente a una vida de fe, que fué “obrado en Cristo cuando Dios le levantó literalmente de entre los muertos”. Sin embargo, “la fe de” es generalmente “la fe en” (Romanos 3:22); pero no hay incongruencia gramatical en entenderla como “la fe que es el efecto de la operación de Dios” (Efesios 2:8; 1 Tesalonicenses 2:13). Así como la resurrección literal de él es el fundamento del poder empleado en nuestra resurrección espiritual, así es una garantía de nuestra resurrección literal más tarde (Romanos 8:11).
13. vosotros, estando muertos—anteriormente (Efesios 2:1); así como Cristo estaba entre los muertos, antes que Dios le levantara “de entre los muertos” (v. 12). en pecados—más bien, según el griego, como también al fin del versículo, “transgresiones”; lit., “caídas al lado” del camino; transgresiones tan reales como la de Adán. incircuncisión de vuestra carne—que no os habéis despojado de la vieja naturaleza pecaminosa, el prepucio carnal o pecado original del cual ahora, mediante la circuncisión espiritual, es decir, la conversión y el bautismo, os habéis despojado. os vivificó—juntamente con Cristo. Así como la resurrección de Cristo demostró que él fué librado del pecado puesto sobre él, así nuestra vivificación espiritual demuestra que hemos sido perdonados de nuestros pecados (1 Pedro 3:22; 1 Pedro 4:1). perdonándoos—Así leen la Vulgata e Hilarión. Pero los manuscritos más antiguos leen, “perdonándonos”, pasando así de las personas particulares, los colosenses, a la iglesia en general (cap. 1:14; Efesios 1:7). todos los pecados—mejor, “todas las transgresiones”, las nuestras.
14. Rayando—Participio activo de tiempo aoristo en griego, de acción hecha de una vez, pero en sí no indica punto de tiempo; siendo coincidente en tiempo con el aoristo indicativo “vivificó”, toma el mismo tiempo en sentido cronológico, como también otro participio aoristo (v. 13) “perdonándoos”. “Borrando” y por lo tanto “cancelando” la acusación de la ley contra vosotros. La ley (incluyendo especialmente la ley moral, en donde estribaba la dificultad principal en obedecerla) es abrogada para el creyente, en cuanto era un código compulsorio y acusador y en cuanto se buscaba en ella la “justicia” (justificación) y la “vida”. La ley sólo puede producir obras externas, no la obediencia interna de la voluntad, la cual en el creyente proviene del Espíritu Santo en Cristo (Romanos 3:21; Romanos 7:2, Romanos 7:4; Gálatas 2:19). cédula de los ritos—el “quirógrafo” lo escrito a mano, como un pagaré u otro documento; lit., “lo escrito a mano en decretos u ordenanzas” (Nota, Efesios 2:15). “Lo escrito a mano” (refiriéndose al Decálogo, resumen de la ley, escrito por la mano de Dios) es toda la ley, la cédula obligatoria bajo la cual todos estábamos. Los judíos estaban principalmente bajo la “cédula”, pero en este respecto ellos eran el pueblo representativo del mundo (Romanos 3:19) y en su incapacidad de guardar la ley, estaba envuelta la incapacidad también de los gentiles, en cuyo corazón “la obra de la ley estaba escrita” (Romanos 2:15); y como ellos no la guardaban, fueron por ella condenados. nos era contraria, que era contra nosotros—“contraria”, traducida en Hebreos 10:27, “adversarios”. “La ley no sólo era contra nosotros por sus exigencias, sino que era para nosotros un adversario por sus acusaciones”. [Bengel]. Tittmann explica el griego, “teniendo una contrariedad latente para con nosotros”; no una hostilidad abierta, determinada, sino una oposición virtualmente sin intención por razón de nuestra flaqueza; no por alguna oposición en la ley misma a nuestro bien (Romanos 7:7, Romanos 7:14; 1 Corintios 15:56; Gálatas 3:21; Hebreos 10:3). Lo “escrito” (“cédula”) es parte de “lo que nos fué contrario”; porque “la letra mata” (Nota, 2 Corintios 3:6). quitándola—Griego, “la ha quitado”, tiempo perfecto del indicativo (de modo que ya no nos es un obstáculo), “enclavándola en la cruz”. Llevando Cristo la maldición de la ley violada por nosotros, nos ha redimido de la maldición de la ley (Gálatas 3:13). En su persona clavada en la cruz, la ley misma fué clavada allí. Un modo antiguo de cancelar las cédulas o pagarés era el de meter un clavo a través de la escritura; parece que esta costumbre existía en Asia en aquel entonces. [Grocio]. La “cédula” cancelada en el caso presente fué la obligación existente contra los judíos como los representantes del mundo y confirmada por el “amén” de ellos, de guardar toda la ley bajo la pena de la maldición (Deuteronomio 27:26; Nehemías 10:29).
15. Alford, Ellicott. etc., traducen el griego de acuerdo con la traducción del mismo griego del cap. 3:9: “Despojándose de los principados y potestades”. Dios se despojó de los ángeles, su ministerio, no empleándolos para ser publicadores del evangelio de la manera en que había dado la ley por la “disposición” o ministerio de ellos (Hechos 7:53; Gálatas 3:19; Hebreos 2:2, Hebreos 2:5); Dios se manifestó sin velo en Jesús. Los “principados y potestades” se refieren al v. 10, Jesús “la cabeza de todos los principados y potestades”, y al cap. 1:16. En el sacrificio de Jesús en la cruz, Dios le sujetó a él todos los principados, etc., declarándolos impotentes en cuanto a la obra y al pueblo de él (Efesios 1:21). De modo que el argumento de Pablo contra los que trataban de injertar en el cristianismo las observancias judaicas junto con el culto a los ángeles, es que, sea cual fuere la parte que se supone que tuvieran los ángeles bajo la ley, ahora, al fin, Dios ha rechazado la dispensación legal misma. Pero se objeta que el contexto parece referirse al triunfo sobre los ángeles malos; pero en 2 Corintios 2:14 el triunfo de Cristo sobre los sujetados a él no es un triunfo para destrucción, sino para la salvación de ellos de modo que puede ser que se refiera a los ángeles buenos (cap. 1:20). Pero la voz media griega es susceptible de este sentido, “Despojando”, o lit., [Tittmann], “habiendo despojado completamente” para sí (véase Romanos 8:38; 1 Corintios 15:24; Efesios 6:12). Esta versión concuerda con Mateo 12:29; Lucas 11:22; Hebreos 2:14. Tradúzcase como el griego, “gobiernos y autoridades”. sacólos a la vergüenza en público—en su ascensión (Notas, Efesios 4:8 : confirmando nuestra versión de este versículo). en público—Juan 7:4; Juan 11:54, apoyan nuestra versión contra la traducción de Alford. “en palabra abierta”. en si mismo—Los “padres” griegos traducen “en ella”, es decir, en la cruz. Muchos de los latinos traducen. “en sí mismo”. Efesios 2:16 favorece la versión de los “padres” griegos, “Reconciliar por la cruz … matando en ella las enemistades”. Si se lee “en sí”, es decir, en Cristo, todavía la cruz será el lugar y el medio del triunfo de Dios en Cristo sobre los principados (Efesios 1:20; Efesios 2:5. Los demonios, como los otros ángeles, estaban en los cielos hasta la ascensión de Cristo, y desde su morada celestial influían en los seres de la tierra. Así como el cielo todavía no estaba abierto a los hombres antes del tiempo de Cristo (Juan 3:13), así no estaba todavía cerrado contra los demonios (Job 1:6; Job 2:1). Pero en la ascensión de Cristo, Satanás y los demonios fueron “juzgados” y “echados fuera” por la obediencia de Cristo hasta la muerte (Juan 12:31; Juan 16:11; Hebreos 2:14; Apocalipsis 12:5), y el Hijo del hombre fué elevado al trono de Dios; de este modo su resurrección y ascensión son un solemne triunfo sobre los principados y poderes de la muerte. Es un hecho notable que los oráculos paganos fueron silenciados un poco después de la ascensión de Cristo.
16. por tanto—porque estáis completos en Cristo, y Dios en él ha dispensado de todos los medios subordinados como esenciales para la aceptación con él. comida … bebida—Griego, “comer y beber” (Romanos 14:1). No hagáis caso de aquel que se levante en juicio con vosotros en cuanto a las observancias legales respecto de los alimentos. día de fiesta—fiesta anual de los judíos. Véanse las tres, 1 Crónicas 23:31. nueva luna—la fiesta mensual. de sábados—Omítase el artículo definido “los” que no está en el griego (véase Nota, Gálatas 4:10). “SABADOS” (no “los sábados”) del día de expiación y de la fiesta de tabernáculos llegaron a su fin con los servicios judíos a los cuales pertenecían (Levítico 23:32. Levítico 23:37). El “sábado” semanal se apoya en una base más permanente, habiendo sido instituído en el Edén para conmemorar la terminación de la creación en seis días. Levítico 23:38 expresamente distingue entre “el sábado de Jehová” y otros sábados. Un precepto positivo está bien porque se le ordena y deja de ser obligatorio cuando se le abroga; un precepto moral es mandado eternamente, por ser eternamente justo. Si pudiéramos guardar un sábado (descanso) perpetuo, como haremos en la vida futura, el precepto positivo del sábado, uno en cada semana, no haría falta. Hebreos 4:9, “un reposo”, griego, “guardar sábado” (Isaías 66:23). Pero no podemos, pues aun Adán, en su inocencia, necesitaba un descanso de sus empleos terrenales; por lo tanto, el descanso sabático todavía hace falta y está ligado todavía con los otros nueve mandamientos, como obligatorio en espíritu aunque la letra de la ley ha sido invalidada por aquel espíritu superior de amor, el cual es la esencia tanto de la ley como del evangelio (Romanos 13:8).
17. lo por venir—las bendiciones del pacto cristiano, la sustancia del cual las ordenanzas judaicas no eran sino el tipo. Véase “siglos venideros”, es decir, la dispensación evangélica (Efesios 2:7). Hebreos 2:5, “el mundo venidero”. el cuerpo es de Cristo—La sustancia real (de las bendiciones tipificadas en la ley) pertenece a Cristo (Hebreos 8:5; Hebreos 10:1).
18. Nadie os prive—Tradúzcase, “Nadie os defraude de vuestro premio”. lit., “adjudicar un premio, por enemistad, apartándolo de aquel que lo merece”. [Trench]. “Hacer de árbitro en la contienda en perjuicio de alguno”. Esta de fraudación de su premio sufrirían los colosenses, si permitiesen que algún árbitro o juez constituído por si mismo (es decir, maestro falso) los apartara de Cristo, “ el juez justo” y entregador del premio (2 Timoteo 4:8; Santiago 1:12; 1 Pedro 5:4), a llevarios al culto a los ángeles. afectando humildad—Así “culto a la voluntad” (v. 23). Lit., “deleitándose [Wahl] en humildad”; queriendo (así se traduce el griego, Marco 12:38, “quieren andar con ropas largas”) entregarse a una humildad de su propia imposición: un voluntario en humildad. [Daleo]. No como traduce Alford: “Ninguno os defraude a propósito”, etc. Tampoco como Grocio; “Si él quisiere” mucho defraudaros, pues el participio griego “queriendo” o “deleitándose” (“afectando”, en nuestra versión”) es uno de una serie, y está en la misma categoría como “metiéndose”, “hinchado”, “no teniendo” (v. 19); y agradarse a sí mismo en ello indicado está en feliz contraste con la humildad (fingida), con la cual, me parece pues, unido. Su alegada “humildad” es el agradarse a sí mismo; de este modo está en paralelismo con “su mente carnal” (su nombre verdadero, aunque él lo llama “humildad”), así como “queriendo” o “deleitándose” forma paralelismo con “hinchado”. El griego por “humildad” es lit. “bajeza de mente”, lo que forma un paralelo claro con “hinchado en el sentido de su propia carne”. Bajo el pretexto de humildad, como si no se atrevieran a llegar directamente a Dios y Cristo (como la moderna Iglesia de Roma), ellos invocaban a los ángeles; como judaizantes, justificaban esto por la razón de que la ley fué dada por medio de ángeles. Este error persistía por largo tiempo en Frigia (donde estaban Colosas y Laodicea), de modo que el Concilio de Laodicea (año 360 d. de J. C.) expresamente formuló su canon trigésimo quinto contra los “Angélici” (como los llama Agustín, Herejes, 39) o “invocadores de ángeles”. Aun tan tarde como durante el tiempo de Teodoreto había oratorios a Miguel Arcángel. Los griegos modernos tienen una leyenda de que Miguel abrió una grieta para absorber el agua de una inundación que amenazaba a los cristianos colosenses. Una vez que los hombres admiten a los poderes inferiores para compartir las invocaciones con el Poder supremo, aquéllos gradualmente ocupan toda nuestra adoración, casi a exclusión de Dios mismo. Empezando así los paganos con el culto a otras deidades, junto con el del Supremo, terminaron por dejar de adorar del todo a Dios. Ni importa mucho si consideramos que aquellas deidades nos gobiernen directamente (la opinión pagana), o que sólo influyan a nuestro favor con la Deidad suprema (la opiunión de la Iglesia de Roma); porque aquel de parte de quien espere yo la felicidad o la miseria, llega a ser el objeto principal en mi mente, sea que aquél la dé o sólo la procure. Las Escrituras se oponen a la idea de “patronos” o “intercesores” (1 Timoteo 2:5). La verdadera humildad cristiana une la convicción de nuestra absoluta falta de mérito personal con el sentido de nuestra participación en la vida divina por Cristo, y en la dignidad de nuestra adopción por Dios. Si no realizamos esto último, es decir, la dignidad de nuestra adopción como hijos de Dios, resultará una falsa humillación de uno mismo, la cual se manifiesta en ceremonias y abatimiento ascético de uno mismo (v. 23), el cual en fin no es sino el orgullo espiritual bajo la máscara de humildad. Contraste, “gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:31). metiéndose en lo que no ha visto—Así leen manuscritos muy antiguos, la Vulgata y Orígenes. Pero los manuscritos más antiguos y Lucifer omiten el “no”, y entonces traducen: “Arrogantemente pisando, las cosas que ha visto”. Tregelles refiere esto a imaginadas visiones de ángeles. Pero si Pablo hubiera querido decir visión imaginada, habría usado alguna palabra calificadora, como “que le parecía ver”, y no “lo que ha visto”. Claramente las cosas fueron realmente vistas por él, sea de origen demoníaco (1 Samuel 28:11), o sea fenómeno resultante de causa natural, comprendido erróneamente por él como sobrenatural. Sin detenerse para discutir la naturaleza de las cosas así vistas, Pablo se limita al error radical, la tendencia de tal persona, en todo esto, de caminar por los sentidos (es decir, lo que aquél arrogantemente se enorgullece de haber visto), antes que andar por LA FE en la “Cabeza” INVISIBLE (v. 19; cf. Juan 20:29; 2 Corintios 5:7; Hebreos 11:1). De este modo el paralelismo “hinchado” corresponde con “arrogantemente pisando”; “el sentido de su propia carne” corresponde con “lo que ha visto”, puesto que la carnalidad se deja ver en enorgullecerse de lo que ha visto, más bien que en los objetos invisibles de la fe. Que las “cosas vistas” puedan haber sido de origen demoníaco, aparece en 1 Timoteo 4:1; “Algunos apostataránde la fe, escuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios”. Una advertencia a los espiritistas modernos. hinchado—Dando a entender que la anterior “humildad” así llamada (griego, “bajeza de mente”) fué en realidad una “hinchazón”. el sentido de su propia carne—La carne, o principio afectivo, es la fuente de donde su mente recibe su deseo vehemente por los objetos religiosos de vista, en vez de “tener a la Cabeza (invisible)”, en la verdadera humildad de un miembro.
19. Tradúzcase, “No teniendo firmemente a la Cabeza”. El que no tiene firmemente a Cristo sola y supremamente sobre todo lo demás, no le tiene nada. [Bengel]. La falta de firme posesión de Cristo dejó a aquel hombre en libertad de (meterse en, y así) “pisotear arrogantemente cosas que él ha visto”. Cada uno tiene que tener firmemente por sí a la Cabeza y no adherirse meramente a los demás miembros, por altos que estén éstos en el cuerpo. [Alford] de la cual—más bien, “de parte de quien”. todo el cuerpo—es decir, todos los miembros del cuerpo (Efesios 4:16). las conjunturas—los puntos de unión donde pasa el abastecimiento de alimento a los diferentes miembros, proveyendo al cuerpo los materiales de crecimiento. ligaduras—los tendones y nervios, que ligan miembro con miembro. La fe, el amor y la paz son las ligaduras espirituales. Véase “unidos en amor” (v. 2; cap. 3:14; Efesios 4:3). alimentado—abastecido continuamente. “Recibiendo ministración”. y conjunto—Griego, “consolidado”, Efesios 4:16, dando a entender unidos firmemente. crece en aumento de Dios—(Efesios 4:16)—es decir, crecimiento obrado por Dios, el Autor y Sustentador de la vida espiritual del creyente, en unión con Cristo, la Cabeza (1 Corintios 3:6). y tendiendo a la honra de Dios, siendo dignos de él, su Autor.
20. Pues—Los manuscritos más antiguos omiten “Pues”. si sois muertos—Griego “si moristeis (como así para ser librados) de” etc. (véanse Romanos 6:2; Romanos 7:2; Gálatas 2:19). rudimentos del mundo—(v. 8). Ordenanzas carnales, externas, mundanas, legalistas. como si vivieseis—como si no estuvieseis muertos al mundo, como Cristo, vuestro Señor crucificado, en cuya muerte fuisteis sepultados (Gálatas 6:14; 1 Pedro 4:1). os sometéis a ordenanzas—¿Por qué os sometéis para ser sujetos a ordenanzas? Refiriéndonos al v. 14: nuevamente os sujetáis a “ordenanzas”, la “cédula” de las cuales había sido “borrada”.
21. Véase v. 16, “comer … beber”. Pablo da ejemplos de las “ordenanzas” (v. 20) en las palabras de los que las imponían. Hay una gradación ascendente de prohibiciones supersticiosas. La primera palabra griega en modo imperativo (hapse) es diferente de la tercera (thiges), en que aquélla quiere decir contacto íntimo y retención; ésta, sólo contacto momentáneo (véanse 1 Corintios 7:1; Juan 20:17, Griego, “No me contengas”; “no te adhieras a mí”). Los tres imperativos se refieren a las carnes. “No manejes” (término más fuerte que “ni aun toques”), “ni gustes” con la lengua, “ni aun toques”, por leve que sea el contacto.
22. (Las cuales—cosas, es decir, las tres cosas manejadas, gustadas y tocadas. son todas para destrucción)—lit., “están constituidas por su misma naturaleza para perecer (o destrucción por corrupción) en su uso”. o consunción. Por lo tanto, no pueden contaminar real y permanentemente al hombre (Mateo 15:17; 1 Corintios 6:13). en conformidad a—Refiriéndose a vv. 20, 21. Todas estas “ordenanzas” están en conformidad a mandamientos humanos, no divinos. doctrinas—Griego, “enseñanzas”. Traduce Alford, “sistemas” (doctrinales)
23. tienen—Griego, “están teniendo”; dando a entender la característica permanente que se suponía que tenían estas ordenanzas. culto voluntario—culto inventado arbitrariamente; culto ideado por la voluntad propia del hombre y no de Dios. Tan celoso es Dios del culto voluntario humano, que hirió de muerte a Nadab y Abiú por quemar incienso extraño (Levítico 10:1). Así fué herido de lepra Uzzías por usurpar el puesto de sacerdote (2 Crónicas 26:16). El “culto voluntario” de Saúl (1 Samuel 13:8), por el cual fué condenado a perder su trono. Este “culto voluntario” es la contraparte de la “humildad voluntaria” (v. 18): los dos plausibles en apariencia, aquél pareciendo hacer en la religión aún más de lo que Dios exige (como en los dogmas de las Iglesias Romana y Griega), pero en realidad poniendo a un lado la voluntad de Dios por la voluntad del hombre: ésta aparentemente humillando a uno mismo. mas en realidad orgullosa de la “humildad” voluntaria del hombre, mientras que virtualmente rechaza la dignidad de la comunión directa con Cristo, la Cabeza, adorando a los ángeles. en duro trato del cuerpo—“con severidad del cuerpo”. Parece que este ascetismo se apoyaba en la teoría oriental de que la materia es la fuente del mal. Esto también parecía plausible (véase 1 Corintios 9:27). no en alguna honra—del cuerpo. Así como el “duro trato del cuerpo” describía el ascetismo positivamente, así esta cláusula, negativamente. No pagándole nada de aquella “honra” que se debe al cuerpo como redimido por precio tal como la sangre de Cristo. No debemos degradarnos, sino tener una justa estimación de nosotros mismos, no en nosotros mismos, sino en Cristo (Hechos 13:46; 1 Corintios 3:21; 1 Corintios 6:15; 1 Corintios 7:23; 1 Corintios 12:23; 1 Tesalonicenses 4:4). La verdadera negación de sí mismo estima el espíritu, y no las formas de la mortificación ascética de sí mismo en “viandas que nunca aprovecharon a los que anduvieron en ellas” (Hebreos 13:9), y es consecuente con el respeto, la “honra”, que pertenece al creyente como dedicado al Señor. Véase “vanamente”, v. 18. para el saciar de la carne—Esto expresa la verdadera tendencia de sus ordenanzas humanas de ascetismo corporal, humildad voluntaria y el culto a los ángeles. Mientras que parecen negarse a sí mismos y al cuerpo, en realidad están mimando la carne. Así “el saciar de la carne” corresponde con “hinchado en el sentido de su propia carne” (v. 18), de modo que “carne” se usa en el sentido ético, “la naturaleza carnal” como contraria a la espiritual; no en el sentido de “cuerpo”. El griego por “saciar” da a entender saciar hasta repleto, o al exceso. “El empacho del sentido carnal es tradición humana.” [Hilario Diácono, citado por Bengel]. La tradición hincha; impide las percepciones celestiales. Rechazan la verdadera “honra”, para “saciar hasta repleto la carne”. Las ordenanzas que uno se impone, halagan la carne (es decir, la justicia propia), aunque parecen mortificarla.