Hebreos 7:1-28
1 Porque este Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abraham que volvía de derrotar a los reyes, y lo bendijo.
2 Asimismo, le dio Abraham los diezmos de todo. En primer lugar, su nombre significa “rey de justicia”; y también era rey de Salem, que significa “rey de paz”.
3 Sin padre ni madre ni genealogía, no tiene principio de días ni fin de vida; y en esto se asemeja al Hijo de Dios: en que permanece sacerdote para siempre.
4 Miren, pues, cuán grande fue aquel a quien aun el patriarca Abraham le dio los diezmos del botín.
5 Ciertamente, aquellos descendientes de Leví que han recibido el sacerdocio tienen, según la ley, mandamiento de recibir los diezmos del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque ellos también son descendientes de Abraham.
6 Pero aquel, cuya genealogía no es contada entre ellos, recibió los diezmos de Abraham y bendijo al que tenía las promesas.
7 Indiscutiblemente, el que es menor es bendecido por el mayor.
8 Aquí hombres que mueren reciben los diezmos, mientras que allí los recibe aquel acerca de quien se ha dado testimonio de que vive.
9 Y por decirlo así, en la persona de Abraham también Leví, el que recibe los diezmos, dio el diezmo.
10 Porque él todavía estaba en el cuerpo de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.
11 Ahora bien, si fuera posible lograr la perfección por medio del sacerdocio levítico (porque bajo este el pueblo ha recibido la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
12 Porque de haber cambio de sacerdocio, es necesario que también se haga cambio de ley.
13 Pues aquel de quien se dice esto es de otra tribu de la cual nadie ha servido en el altar.
14 Porque es evidente que nuestro Señor nació de la tribu de Judá, sobre la cual Moisés no dijo nada en cuanto al sacerdocio.
15 Esto es aún más evidente si otro sacerdote se levanta a la semejanza de Melquisedec,
16 quien no ha sido constituido conforme al mandamiento de la ley acerca del linaje carnal sino según el poder de una vida indestructible.
17 Pues de él se da este testimonio: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
18 A la verdad, el mandamiento anterior fue abrogado por ser ineficaz e inútil,
19 porque la ley no perfeccionó nada. Sin embargo, se introduce una esperanza superior por la cual nos acercamos a Dios.
20 Y esto no fue hecho sin juramento.
21 Los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento, mientras que este lo fue por el juramento del que le dijo: Juró el Señor y no se arrepentirá: “Tú eres sacerdote para siempre”.
22 De igual manera, Jesús ha sido hecho fiador de un pacto superior.
23 A la verdad, muchos fueron hechos sacerdotes porque, debido a la muerte, no podían permanecer.
24 Pero este, porque permanece para siempre, tiene un sacerdocio perpetuo.
25 Por esto también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, puesto que vive para siempre para interceder por ellos.
26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, puro, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos.
27 Él no tiene cada día la necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo, porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
28 La ley constituye como sumos sacerdotes a hombres débiles; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, constituyó al Hijo, hecho perfecto para siempre.
EL SUMO SACERDOCIO DE CRISTO, SEGUN EL ORDEN DE MELQUISEDEC, SUPERIOR AL AARONICO.
1. este Melchisedec—(6:20; Salmo 110:4). El complemento verbal “permanece” aparece en el v. 3. rey … sacerdote—Cristo unifica estos dos oficios en su sentido más sublime, y así restaura la unión patriarcal de estos oficios. Salem—Jerusalén (eso es, que ve paz); u otra Salem distinta, la mencionada en Génesis 33:18; Juan 3:23. Dios Altísimo—también llamado “Poseedor de los cielos y de la tierra” (Génesis 14:19, Génesis 14:22). Este título de Dios, “el altísimo”, transmitido de la primitiva revelación, aparece aplicado al dios fenicio “Elión”. Se usa para sugerir que el Dios servido por Melquisedec es EL DIOS VERDADERO, y no uno de los dioses de las naciones circunvecinas. Así se usa en los otros únicos casos del Nuevo Testamento, o sea, en las palabras del endemoniado y de la pitonisa, constreñida a confesar que eran falsos sus propios dioses y que Dios era el único verdadero. salió a recibir a Abraham—en compañía del rey de Sodoma (Génesis 14:17). derrota—así traduce Alford. La Versión Inglesa: “matanza”. Así se puede traducir Génesis 14:17. Arioc, rey de Elasar, vivió y reinó después del desastre. [Bengel]. Sin embargo, si Quedorlaomer y Amrafel y Tidal fueron muertos, aun cuando Arioc so breviviera, “la matanza de los reyes” sería la traducción correcta. le bendijo—como sacerdote bendijo primero a Abrahán de parte de Dios; luego bendijo a Dios de parte de Abrahán: bendición recíproca. No fué un mero deseo de bendición, sino una intercesión autoritativa y eficaz como sacerdote. La prerrogativa del Dios altísimo, como “Poseedor de los cielos y de la tierra” es transmitida a Abrahán; y la gloria de Abrahán, de su victoria sobre su enemigo, es transmitida a Dios. Un intercambio bienaventurado para Abrahán (Génesis 14:19).
2. dió—Griego, “proporcionó”; asignó su porción. diezmos de todo—eso es, del botín tomado. Los diezmos se asocian íntimamente con el sacerdocio; el sacerdote mediador los recibía como garantía de que toda la propiedad del donador pertenecía a Dios; y como el sacerdote transmitió al hombre (Abrahán) los dones de Dios (“le bendijo”), así también dió a Dios los dones del hombre. El caso de Melquisedec es una muestra de cómo Dios conserva, en medio de la apostasía general, al remanente elegido. El encuentro de Melquisedec y Abrahán forma el eslabón que une las dos dispensaciones: la patriarcal—representada por Melquisedec, quien parece especialmente consagrado por Dios como rey-sacerdote, la más alta forma de aquel sistema primitivo en el cual cada padre de familia era sacerdote en ella—y la levítica, representada por Abrahán, que debió limitar el sacerdocio a una familia de una tribu de una nación. La dispensación levítica era parentética, y separó el reino y el sacerdocio; la patriarcal era la verdadera precursora de la de Cristo, que, como la de Melquisedec, une el reino y el sacerdocio, y no es derivada de otro hombre ni es transmitida a otro hombre; antes, tuvo su origen en Dios, y está transmitida en Dios a una perpetuidad sempiterna. El sacerdocio de Melquisedec continúa en Cristo para siempre. Para otros aspectos de superioridad, véase el 7:16-21. Melquisedec debió haber recibido una consagración especial sobre los demás patriarcas que, como Abrahán, quien también ejercía el sacerdocio, de otro modo no le hubiera pagado el diezmo a él como superior: su función particular parece haber sido, por especial llamamiento de Dios, la de REY sacerdote; mientras que ningún otro patriarca-sacerdote fué también rey por Dios consagrado. se interpreta—Pablo empieza la explicación mística del hecho histórico (las alegorías las conocían bien los judíos), mencionando el significado del nombre. justicia—no meramente justo; así también Cristo. Malchi en hebreo significa rey; Tzedek, justicia. Rey de Salem—no sólo su nombre, sino también el nombre de la ciudad que regía, tenía significado típico, a saber: “paz”. Cristo es el verdadero Príncipe de paz. La paz que él trae es el fruto de la justicia.
3. Sin padre—Vale decir “sin genealogía” (en el griego, “sin descendencia”), véase el 7:6: es decir, su genealogía no es conocida, mientras que un sacerdote levítico no podía oficiar sin el comprobante de su descendencia. ni tiene principio de días—La historia no registra su principio ni su fin, como constan el principio y el fin de Aarón. El modismo griego “sin padre …” indica uno de padres humildes, o bien, desconocidos. “Días” significa el tiempo en que desempeña sus funciones. Así la eternidad mencionada en el Salmo 110:4 expresa especialmente la duración del oficio sacerdotal. hecho semejante—no se dice que fuese absolutamente “semejante”. Fué hecho semejante en las particularidades aquí especificadas. Nada se dice en Génesis acerca del fin de su sacerdocio, ni que tuviese en su sacerdocio predecesor ni sucesor, lo que, en punto de vista típico, representa el eterno sacerdocio de Cristo, sin principio ni fin. Consta el fin de Aarón, pero no el de Melquisedec: hecho significativo. “El Hijo de Dios” no se dice que fuese semejante a Melquisedec, sino que éste fué “hecho semejante al Hijo de Dios”. Cuando Alford niega que Melquisedec fuese hecho semejante al Hijo de Dios con respecto de su sacerdocio, en base a que Melquisedec era anterior al Señor en tiempo, se olvida de que el eterno sacerdocio de Cristo era una realidad arquetípica en el propósito de Dios desde la eternidad, al cual el sacerdocio de Melquisedec fué hecho semejante en el tiempo debido. El Hijo de Dios es el más antiguo, y es el arquetipo: véase el 8:5, donde se representan las cosas celestiales como el arquetipo primario de los mandamientos levíticos Los epítetos, “sin padre”, “sin principio de días ni fin”, “permanece para siempre”, pertenecen a Melquisedec solamente en respecto de su sacerdocio, y hasta tanto él es tipo del Hijo de Dios, y son verdad con respecto a él solo. Melquisedec fué, en su sacerdocio, hecho semejante a Cristo, hasta donde el tipo imperfecto podía representar los lineamientos del perfecto arquetipo. “Los retratos de un hombre pueden verse sobre la tela, mas el hombre es muy distinto de su retrato”. No hay nada en el relato, Génesis 14, que indique que Melquisedec fuese un ser sobrehumano; se le clasifica allí con los demás reyes como un personaje histórico viviente, no como un ángel como pensara Orígenes; ni fué Sem, hijo de Noé, como pensaban los judíos, ni era Enoc [Calmet], ni era el Espíritu Santo, como pensaban los partidarios de Melquisedec ni, como otros, la palabra divina. Fué probablemente de origen semita, no canaanita; el último representante de la primitiva población semítica, exterminados por los cananeos, descendientes de Cam. La grandeza de Abrahán, entonces, estribaba en la esperanza; la de Melquisedec, en la posesión presente. Melquisedec era el más alto y último representante del pacto con Noé, como Cristo era el supremo y eterno representante del pacto con Abrahán. Melquisedec, como Cristo, unifica en sí los oficios real y sacerdotal, cosa que Abrahán no hace. Alford piensa que los epítetos son, en cierto sentido, estrictamente reales de Melquisedec mismo, no meramente en el sentido típico indicado arriba; que no tenía, como los mortales, principio ni fin de vida (?). Es una teoría muy improbable y que debe aceptarse sólo en último caso y que aquí no tiene cabida. Con Melquisedec, cuyo sacerdocio probablemente duró largo tiempo, cesaron el sacerdocio y el culto del verdadero Dios en Canaán. El fué el primero y último rey-sa-cerdote allí hasta Cristo, el antitipo; y por eso se dice que su sacerdocio dura para siempre, tanto porque dura muchísimo tiempo como porque dura mientras lo permite la naturaleza de la cosa misma (a saber, su vida, y la continuación del culto a Dios en Canaán). Si Melquisedec fuese sacerdote para siempre en sentido literal, entonces Cristo y él serían sacerdotes ahora todavía, y tendríamos dos en vez de uno (!). Tholuck observa: “Melquisedec permanece hasta tanto el tipo permanece en el antitipo: hasta tanto el sacerdocio permanece en Cristo”. El padre y la madre no han descendido de Leví, como se requería para los sacerdotes levíticos (v. 6), y ni son mencionados por Moisés. La mujer de Aarón, Elíseba, madre de quien surgen los sacerdotes levíticos, sí se menciona, así como Sara, madre original de la nación judaica misma. Como hombre, Cristo no tuvo padre; como Dios, tampoco tuvo madre.
4. Mirad—pensad con atenta contemplación este hecho. cuán grande fué éste—Punto adicional de la grandeza de Melqui sedec: Abrahán hasta le dió diezmo (como a su superior) de los despojos (literalmente, de la cima del montón, las primicias sea de lo que fuesen, sacadas primero del montón, que habían de ser consagradas a Dios; o bien, de los despojos, el general solía tomar de la cima del montón, o para consagrar a Dios, o para su propio uso). Pagó “los diez mos de TODO” (v. 2), tomados de lo primero y de lo mejor de todos los despojos. el patriarca—En el griego está enfáticamente al fin de la frase y éste, que pagó diezmos, no era personaje menor que “el patriarca”, el primero de los padres y jefe de la raza y nación judaicas. Véase Nota al v. 3: la superioridad de Melquisedec como rey-sacerdote especialmente consagrado. Sobre los patriarcas-sa-cerdotes.
5. los … hijos de Leví—a saber, sólo aquellos que pertenecían a la familia de Aarón, a los cuales se restringía el sacerdocio. Los diezmos pagados originalmente a toda la tribu de Leví, al fin se ligaban al sacerdocio. según la ley—sancionada por Jehová (9:19). de sus hermanos—con los cuales, cuanto a la descendencia común, estaban en el mismo nivel. aunque—aunque estaban en el mismo nivel de descendencia, sin embargo pagaban diezmos a los levitas, sus hermanos. Ahora, los levitas estaban subordinados a los sacerdotes; y éstos a la vez lo estaban a Abrahán, su común progenitor; y Abrahán, lo estaba a Melquisedec. “¡Cuán grande” (v. 4), pues, debe ser Melquisedec con respecto a su sacerdocio, comparado con el levítico, aun cuando éste recibía diezmos! y ¡cuán indeciblemente grande debe ser “el Hijo de Dios”, al cual Melquisedec, como arquetipo sacerdotal (en el propósito de Dios) fué hecho semejante ¡Cotéjese el “mirad” (v. 4), en el caso de Melquisedec, el tipo, con “considerad” (Griego, contemplad atentamente”, vocablo más fuerte aún) en el caso de Cristo, el arquetipo.
6. cuya genealogía no es contada de ellos—no de “los hijos de Leví”, como de “los que reciben el sacerdocio”. Este texto explica el “sin linaje” del v. 3 (Griego, genealogía en ambos casos). El que no necesita, como los sacerdotes levíticos, trazar su genealogía hasta Leví. tomó—Griego, “ha recibido diezmos”. bendijo—Griego, “ha bendecido”. El pretérito perfecto denota que el hecho dura hasta el presente. al que tenía—“el poseedor de las promesas”; peculiar distinción y designación de Abrahán. Pablo ensalza a Abrahán, a fin de ensalzar aun más a Melquisedec. Cuando se habla de Cristo, se dice “promesa”, en singular; “las promesas”, en plural, se refieren a la promesa de Dios de grandeza a él mismo y a su simiente, y de la posesión de Canaán, dos veces repetida antes de la bendición de Melquisedec. Como los sacerdotes, aunque eran superiores al pueblo, a quien era su deber “bendecir”, eran, con todo, inferiores a Abrahán; y como Abrahán era subordinado a Melquisedec, quien le bendijo, Melquisedec, entonces, debe ser superior a los sacerdotes levíticos.
7. El principio de que el que bendice es superior al bendecido, se aplica sólo cuando la bendición es impartida con autoridad divina; no es meramente un deseo expresado en oración, sino una bendición eficiente para realizar su propósito, tal como la bendición de los patriarcas a sus hijos; así como la bendición de Cristo (Lucas 24:51; Hechos 3:26).
8. El segundo punto de superioridad: el de que Melquisedec es un sacerdote que permanece; el levítico, transitorio. Como la ley fué un paréntesis entre la dispensación abrahámica de promesa de gracia y su cumplimiento perdurable en la venida de Cristo (Romanos 5:20, Griego “La ley empero entró como algo suplementario y de paso”): así el sacerdocio levítico era parantético y temporario entre el típicamente permanente sacerdocio del Melquisedec y su realización antitípica en Cristo, nuestro sempiterno Sumo Sacerdote. aquí—en el sacerdocio levítico. allí—en el sacerdocio según el orden de Melquisedec. A fin de hacer resaltar más el paralelo típico, Pablo sustituye “del cual está dado testimonio que vive”, por el menos típico “el que es hecho semejante al que vive” (v. 3). Melquisedec vive meramente en su capacidad oficial, siendo continuado su sacerdocio en Cristo. Cristo, por otra parte, en su propia persona, “siempre viviente según el poder de una vida sin fin” (vv. 16, 25). La muerte de Melquisedec, sin constancia histórica, se expresa por el término positivo “vive”, con el fin de destacar al tipificado Cristo, de quien solo se puede decir con perfecta verdad: “el que vive”.
9. por decirlo así—previniendo que lo que está por decir no debe tomarse en sentido literal; se puede decir que, virtualmente, Leví, en persona de su padre Abrahán, reconoció la superioridad de Melquisedec, y le pagó diezmos. que recibe los diezmos—(Véase el v. 5) en Abrahám—Griego, “por medio (por la mano de) Abrahán”.
10. en los lomos de su padre—a saber, del antepasado Abrahán. Cristo no pagó, en este sentido, diezmos a Abrahán, pues él nunca estuvo en los lomos de padre terrenal. [Alford]. Aunque fué, con respecto a su madre, “del fruto de los lomos” (de David y así) de Abrahán, sin embargo, siendo sobrenaturalmente concebido, sin padre humano, estuvo por encima de la ley natural de nacimiento, de modo que está por encima de la ley del diezmo. Aquellos que nacen naturalmente y están así bajo la maldición, necesitan pagar el diezmo al sacerdote, para que éste haga propiciación por sus pecados. No así Cristo, quien de Abrahán derivó solamente su carne y no también la mancha de la carne. Bengel observa: “Las bendiciones que Abrahán tuvo antes de su encuentro con Melquisedec eran las promesas generales y la específica de simiente natural, y así de Leví; pero las promesas en las que está comprendido Cristo, y la fe por la cual Abrahán fué encomendado, siguieron después del encuentro de Abrahán con Melquisedec y la bendición por él: al cual hecho Génesis 15:1, “después de estas cosas”, llama la atención. Esto explica por qué Cristo, de simiente sobrenatural, no está incluído en el pago de los diezmos por medio de Abrahán a Melquisedec.
11. la perfección—absoluta: “la elevación del hombre a su más alto estado, a saber, de la salvación y la santificación.” (debajo de él)—los manuscritos más antiguos: “sobre él (en base a él, teniendo el sacerdote que administrar la ley, Malaquías 2:7 : se supone) el pueblo (Malaquías 9:19, “todo el pueblo”) ha recibido la ley” (el pretérito perfecto, que significa que el pueblo aún observaba la ley). ¿“qué necesidad había aún—(Malaquías 8:7). Porque Dios nada hace innecesariamente. otro—otro diferente: “que sacerdote de otro orden se levantase”. Véase el 7:15. no fuese llamado—Griego, “que no se diga ser según el orden de Aarón”, es decir, cuando se habla de él en el Salmo 110:4, “no se dice que sea (como sería de esperar si el sacerdocio aarónico fuese perfecto) según el orden de Aarón.”
12. Pues—la razón por qué Pablo subraya la frase “según el orden de Melquisedec”, en el Salmo 110:4, a saber, porque ella presupone un cambio o transferencia del sacerdocio, y esto trae también un cambio de la ley (ligada inseparablemente con el sacerdocio; ambos caen o están en pie, juntos, v. 11). Esta es la respuesta a los que pudieran objetar: ¿Qué necesidad había para un nuevo pacto?
13. Confirmando la verdad de que se ha hecho un cambio de la ley (v. 12), por otro hecho, que enseña lo distinto que es el nuevo sacerdocio del aarónico. (Nota del traductor: El autor observa que “mudado el sacerdocio” significa la sustitución del de Cristo en lugar del aarónico. Deja de notar que hay también una sustitución (metátesis, mudanza) de ley. La ley de Cristo sustituye a la mosaica.) esto—estas cosas, del Salmo 110:4. de otra tribu es—Griego, “Ha pertenecido a otra tribu”, lo que denota la continuación aún de su humanidad: “otra tribu diferente” de la de Leví.
14. notorio—es decir, “manifiesto ante los ojos” como cosa indisputable; prueba de que, sean cuales fuesen las dificultades ahora, entonces no había ninguna tocante a la genealogía de Jesucristo. el Señor nuestro—sólo aquí aparece este ya común título sin “Jesús”, o “Cristo”, salvo en 2 Pedro 3:15. Judá—Génesis 49:10; Lucas 1:27, Lucas 1:39, (Hebrón de Judá, donde piensa Lightfoot que Jesús fué concebido); Lucas 2:4. Apocalipsis 5:5. sobre cuya tribu … sacerdocio—“con respecto a la cual tribu nada habló Moisés tocante a sacerdotes” (así los manuscritos más antiguos; nada que sugiera que debiera tomarse sacerdotes de dicha tribu).
15. Otra prueba de que la ley, o la economía, está cambiada, a saber: por cuanto Cristo es ordenado sacerdote, “no conforme a la ley de mandamiento carnal” (vale decir, externa), sino “según la virtud de la vida indisoluble”. El Salmo 110 lo constituye “para siempre” (v. 17). La ley levítica requería una descendencia estrictamente carnal. En contraste está “la virtud”, la virtud de Cristo, espiritual, interna, íntima, de vencer la muerte. No según un estatuto es nombrado Cristo, sino según un poder interno viviente. manifiesto—la declaración de la mudanza de la ley o la economía. aun más—Griego, “superlativamente manifiesto aún”. si—condición cumplida, hecho real; así Romanos 5:10. a semejanza—según (en el griego) la similitud de Melquisedec: corresponde a “según el orden …” 5:10). El “orden” no puede significar una serie de sacerdotes, pues Melquisedec no recibió su sacerdocio de mero hombre ni lo transmitió a uno. Debe significar: “a semejanza del oficio de Melquisedec”. El sacerdocio de Cristo es semejante al de Melquisedec en el hecho de ser “para siempre” (7:16, 17). otro sacerdote—Griego, “otro diferente”.
16. carnal … indisoluble—mutuamente contrastados: así “apariencia” y “eficacia” en 2 Timoteo 3:5, como aquí “la ley” y “la virtud”. Véase, Romanos 8:3, “La ley era débil por la carne”; y “flaqueza” en 7:18. “La ley” aquí no es ley en general, sino el estatuto tocante al sacerdocio. “Carnal”, siendo externo y temporario, se contrastan con indisoluble”, “sin fin”. “Mandamiento” es contrastado con “vida”. La ley puede dar un “mandamiento” mas no puede dar “vida” (7:19). Pero la virtud (poder) inherente de nuestro Sumo Sacerdote, ahora en el cielo, tiene en él “vida para siempre”; “por el eterno Espíritu” (9:14), “puede salvar eternamente … viviendo siempre” (7:25; Juan 5:26). Es en el poder de su vida de resurrección, no en su vida terrenal, que Cristo ejerce su oficio de Sacerdote.
17. se da testimonio—en prueba de su vida indisoluble, o sin fin.
18. se abroga—abrogación, anulación es hecha. El mandamiento—que ordenó el sacerdocio levítico. Y, como el sacerdocio levítico y la ley están inseparablemente unidos, anulado aquél, queda anulada ésta también (Nota, 7:11). precedente—la ordenanza legal que introduce y cede lugar a la ley cristiana, el permanente fin antitípico de aquélla. flaqueza e inutilidad—lo contrario de “virtud” (7:16).
19. Porque—justificando el dicho de que la ley era débil e inútil. La ley no podía llevar al hombre a la verdadera justificación o santificación ante Dios, o sea, “la perfección” que todos necesitamos a fin de ser aceptos por él y que tenemos en Cristo. nada—la ley no llevó “nada” (no dice “a nadie”) a un perfecto término; su única finalidad fué la representación de su antitipo en la economía cristiana, la que realiza la perfección contemplada. Hízolo, en bastardillas, omitido del griego. Constrúyase “introducción” con lo anterior (v. 18). “Se hace abrogación (por una parte, griego, men) pero (de la otra, griego, de) una introducción posterior (El griego expresa que se introdujo algo más y mejor que la ley, a saber, algo mejor que las buenas cosas que la ley anterior prometía [Wahl] de una esperanza mejor”, no una débil e inútil sino como en otras partes se denomina la dispensación, “eterna”, “verdadera”, “la segunda”, “más excelente”, “diferente”, “viviente”, “nueva”, “venidera”, “perfecta”. nos acercamos—señal segura de la “perfección”. La debilidad es lo contrario de esta confianza filial de acceso. El acceso por medio de los sacrificios legales fué sólo simbólico y mediante el sacerdote; la entrada por Cristo es inmediata, perfecta y espiritual.
20. Otra prueba de la superioridad del sacerdocio de Cristo es el juramento que Dios le dió, con su peso solemne, mientras que de él carecía el sacerdocio legal, pues no tenía tal confirmación. fué—en bastardillas. Súplase el verbo Daniel 7:22: “Por cuanto sin juramento fué hecho fiador … de tanto mejor testamento ha sido hecho fiador Jesús”.
21. “Porque ellos, a la verdad (los sacerdotes legales) sin la (solemne) promesa juramentada han sido hechos sacerdotes”. por el—Dios. le dijo—al Senor, el Hijo de Dios (Salmo 110:1). no se arrepentirá—nunca cambiará su propósito, vocablo diferente del 15:7, etc. Según el orden de Melchisedec—omitido en algunos de los manuscritos más antiguos.
22. fiador—garantizando en su propia persona la seguridad del pacto hecho con nosotros. Esto hizo haciéndose responsable por nuestra culpa, sellando el pacto con su sangre, y reconocido abiertamente como nuestro triunfante Salvador por el Padre, quien lo levantó de los muertos. Así él es a la vez fianza de Dios al hombre y fianza del hombre a Dios, y así Mediador entre Dios y el hombre (8:6). mejor testamento—por ser eterno (8:6; 13:20); pacto, o convenio. El vocablo griego infiere que es ordenado por Dios, y comprende las relaciones y valores en parte de un convenio, en parte de un testamento: (1) ordenación hecha sin la concurrencia de una segunda parte, de algo que concierne a dicha segunda parte: testamentaría, como en 9:16, 17; (2) un acuerdo mutuo ratificado por ambas partes.
23. Otra prueba de superioridad: los sacerdotes levíticos eran muchos, pues la muerte hizo necesario el nombramiento de sacerdotes nuevos en sucesión. Cristo no muere: tiene un sacerdocio que no pasa de uno a otro. fueron muchos—Griego, “son hechos muchos”, uno tras otro, en contraste con el “inmutable sacerdocio de él”. no podían permanecer—“impedidos por la muerte de permanecer”, es decir, en el sacerdocio.
24. éste—Griego, “él”, pero en posición enfática, como “tú” en Salmo 110:4, “Tú eres sacerdote …” en singular, uno y no muchos. permanece—es decir, en vida. inmutable—Griego, “tiene inmutable su (el) sacerdocio”, que no pasa de uno a otro, intransmisible. Por lo tanto, ninguna así llamada sucesión apostólica terrenal de sacerdotes son sus vicegerentes. Los sacerdotes judaicos tenían sucesores, porque ellos “no podían continuar por causa de la muerte”. Pero este hombre, por cuanto vive para siempre, no tiene ningún sucesor en oficio, ni aun a San Pedro (1 Pedro 5:1).
25. Por lo cual—por cuanto “permanece para siempre”. también—como consecuencia natural de lo anterior, al mismo tiempo algo nuevo y superior. (Alford). salvar—Su mismo nombre de JESUS significa Salvador (1 Pedro 7:22). eternamente—absolutamente, del todo, perfectamente, de modo que nada faltará luego para siempre (Tittmann). En manera alguna, en Lucas 13:11. se allegan a Dios—por fe. por él—como su sacerdote mediador, en vez de los levíticos. viviendo—por cuanto vive, resumiendo el “El permanece para siempre” Deuteronomio 7:24; por tanto “puede absolutamente”; no está impedido, como el levítico, por la muerte, “porque vive para siempre” (7:23). para interceder—No hay sino una sola ofrenda sobre la tierra hecha una vez para siempre. Mas la intercesión por nosotros en el cielo (7:26) continúa siempre, de donde resulta que no podemos ser separados nunca del amor de Dios en Cristo. El intercede solamente por aquellos que se allegan a Dios por él, no por el mundo incrédulo (Juan 17:9). Para ejemplos de su intercesión, véanse las descripciones proféticas del A. T. “Por su humilde omnipotencia (pues fué por su humillación que obtuvo todo poder), o su omnipotente humildad, aparece en la presencia de Dios, y presenta ante el trono sus postulaciones” [el obispo Pearson]. El no sólo fué la ofrenda, sino también el sacerdote que la presentó. Por tanto, él se ha hecho no sólo un sacrificio, sino también un intercesor; su intercesión basada en su voluntaria ofrenda de sí mismo sin mancha a Dios. No sólo somos entonces perdonados en virtud de su sacrificio, sino que en virtud de su intercesión somos admitidos al favor y a la gracia (Arzobisbo Magee).
26. tal pontífice—como descrito arriba. Los manuscritos más antiguos rezan “también convenía”. “Porque a nosotros (como pecadores: enfático) nos convenía (además de sus otras excelencias) tal Sumo Sacerdote”. santo—piadoso; vocablo distinto del que denota consagración, corresponde perfectamente a la voluntad de Dios en reverente piedad (Salmo 16:10). inocente—libre de maldad y superchería, en relación a sí mismo. limpio—sin contaminación por contacto con otros, en relación con hombres. La tentación, a la que era expuesto, no dejó rastro del mal en él. apartado de los pecadores—ya, en su estado celestial de Sumo Sacerdote, habiendo partido de la tierra, así como el levítico era separado del pueblo en el santuario (de donde no debía salir, Levítico 21:12). Justificando por la fe a los impíos, no tiene contacto con ellos como tales. El está alzado por encima de nuestra comunidad pecaminosa, “hecho más sublime que los cielos”, al mismo tiempo hace que los creyentes como tales (no como pecadores) “se sienten juntamente (con él) en lugares celestiales” (Efesios 2:6). Así como Moisés en el monte estuvo separado y arriba del pueblo, y a solas con Dios. Esto comprueba que Jesús es Dios. “Aunque mentiras innumerables han sido forjadas contra el venerable Jesús, ninguno se atrevió a acusarle de intemperancia alguna” (Orígenes). hecho más sublime—Jesús fué sublime antes (Juan 17:5), y como hombre divino fué hecho así por el Padre después de su humillación (Juan 1:4). que los cielos—superior, pues pasó a través (así el griego, cap. 4:14) de los cielos.
27. cada día—Los sacerdotes diariamente ofrecían sacrificios (9:6; 10:11; Éxodo 29:38). Los sumos sacerdotes tomaban parte en estos sacrificios sólo en días festivos; pero como ellos representaban todo el sacerdocio, se atribuían a ellos las ofrendas diarias; la exclusiva función de los sumos sacerdotes era ofrecer la propiciación una vez al año (Éxodo 9:7), y “año tras año continuamente” (Éxodo 10:1). El sacrificio diario pertenece estrictamente a Cristo, no a los sumos sacerdotes, el que “no necesita cada día como aquellos sumos sacerdotes (año tras año, y sus subordinados diariamente), ofrecer …” ofrecer—El vocablo griego expresa en modo peculiar los sacrificios por el pecado. La doble ofrenda del sumo sacerdote en el día de la expiación, el toro por sí mismo y el carnero por el pueblo, correspondía a los DOS corderos ofrecidos diariamente por los sacerdotes ordinarios. esto lo hizo—No murió primero por pecados propios y luego “por los del pueblo”, sino por los del pueblo solamente. La negación es doble: No tiene necesidad de (1) ofrecer diariamente, ni de (2) ofrecer por sus propios pecados; pues se ofreció a sí mismo, sacrificio sin mancha (Éxodo 7:26; Éxodo 4:15). Sólo el inmaculado podía ofrecer por el pecaminoso. una sola vez—una vez para siempre. La suficiencia de este sacrificio para expiar todos los pecados para siempre, resulta de su absoluta pureza.
28. Porque—razón de la diferencia expresada en 7:27 entre su sacrificio único y los tan repetidos de ellos, a saber, por causa de su absoluta separación de la enfermedad pecaminosa que a ellos los agobiaba. El no tiene necesidad, como ellos, de ofrecer por su propio pecado; y estando ya exento de la muerte y “hecho perfecto para siempre”, no necesita REPETIR su sacrificio. la palabra del juramento—“la palabra” confirmada por “el juramento”. después—El juramento fué hecho después de la ley, es decir, en el Salmo 110:4, y abrogó el sacerdocio legalista. al Hijo—contrastando con “hombres flacos”. hecho perfecto—una vez para siempre, como en cap. 2:10; 5:9, Notas; contraste: “hombres flacos”, enfermos. Constituído sacerdote perfecto por su perfecto sacrificio y su consiguiente unción y exaltación a la diestra del Padre.