Job 1:1-22
1 Hubo un hombre en la tierra de Uz, que se llamaba Job. Aquel hombre era íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
2 Le nacieron siete hijos y tres hijas.
3 Poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientos asnos y muchísimos siervos. Y aquel hombre era el más grande de todos los orientales.
4 Sus hijos iban y celebraban un banquete en la casa de cada uno, en su día, y mandaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos.
5 Y cuando habían transcurrido los días de banquete, sucedía que Job mandaba a llamarlos y los purificaba. Levantándose muy de mañana, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Pues decía Job: “Quizás mis hijos habrán pecado y habrán maldecido a Dios en su corazón”. De esta manera hacía continuamente.
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
LA SANTIDAD DE JOB, SU RIQUEZA, etc.
1. Hus—en el norte de la Arabia Desértica, hacia el Eufrates; fué en esta región, y no en la de Idumea, donde vivían los caldeos y sabeos que robaron a Job. Los árabes dividen su país en el norte, llamado sham, o sea, “la izquierda”, y el sur, llamado Yemen, o “la derecha”: porque ellos daban la cara hacia el este, así que el norte estaba a su izquierda y el sur a su derecha. La Arabia Desértica estaba en el este. la Arabia Pétrea en el oeste, y la Arabia Feliz en el sur. Job—El nombre viene de una palabra árabe que significa volver, eso es, a Dios, arrepentirse, referente a su fin (Eichorn), o más bien de un vocablo hebreo que significa uno en quien se deja ver la enemistad, grandemente probada. (Gesenius). Muchas veces se daban nombres significativos a hebreos, sugeridos por eventos posteriores de la vida (cf. Isaías 8:18; Génesis 4:2. Abel: alimentador de ovejas). Así el emir de Hus por consentimiento común fué llamado Job, a causa de sus pruebas. La única otra persona así llamada era un hijo de Isacar (Génesis 46:13). perfecto—no de perfección absoluta, sin fallas (cf. 9:20; Eclesiastés 7:20), sino la integridad, la sinceridad, la compatibilidad en el todo, en todas las relaciones de la vida (Génesis 6:9; Génesis 17:1; Proverbios 10:9; Mateo 5:48). Fué el temor de Dios lo que le preservó de lo malo (Proverbios 8:13).
3. asnas—muy preciadas por la leche, y no como bestia de cabalgar (Jueces 5:10). No se mencionan casas ni tierras entre los bienes del emir, puesto que los nómadas viven en tiendas transportables, y principalmente del pastoreo, y el derecho a los campos no era un privilegio de los individuos. Las “quinientas yuntas de bueyes”, sin embargo, dan a entender que Job labrara la tierra. También parece que poseía una casa en el pueblo, a este respecto difería de los demás patriarcas. Los camellos se llaman los barcos del desierto, de especial valor para las caravanas, por cuanto podían beber suficiente cantidad de agua que les bastaba para días, y pastaban de muy pocos abrojos y espinos. muchísimos criados—Cf. “grande apero”, Génesis 26:14. La otra acepción que el hebreo admite, “labranza”, no es tan probable. los orientales—Denota en la Escritura aquellos que vivían al este de Palestina, como las gentes de la Arabia Desértica septentrional (Jueces 6:3; Ezequiel 25:4).
4. cada uno en su día—es decir, en su cumpleaños (Ezequiel 3:1). Sugiere el amor y la armonía reinantes entre los miembros de la familia, en contraste con la ruina que pronto puso fin a tal escena de felicidad. Se especifican las hermanas, puesto que estas fiestas no eran para orgías, lo que hauiera sido incompatible con la presencia de hermanas. Estas eran invitadas por los hermanos, aunque no daban invitaciones ellas a su vez.
5. habiendo pasado en turno—al fin de todos los cumpleaños colectivamente, cumplido el círculo de banquetes por todas las familias. Job … santificábalos—Por la ofrenda de tantos holocaustos expiatorios cuantos hijos tenía (Levítico 1:4). Esto se hacía de mañana (Génesis 22:3; Levítico 6:12). Así Jesús solía hacer sus devociones tempranito (Marco 1:35). El holocausto, o sea, la ofrenda quemada, era ofrecido (lit., se hacía ascender, con referencia al humo que ascedía al cielo) por cada padre de familia, que obraba como sacerdote en favor de su familia. blasfemado a Dios—El mismo vocablo hebreo significa maldecir, y bendecir; Gesenius dice que el sentido original es de arrodillarse, y así vino a significar hincarse para invocar o una bendición o una maldición. La maldición es una perversión de la bendición, como todo pecado lo es de la bondad. El pecado es una degeneración, no una generación. No es probable, sin embargo, que Job temiera la posibilidad de que sus hijos maldijesen a Dios. Parece suficiente el sentido de despedirse, derivado de la acostumbrada bendición al separarse (Génesis 47:10). De modo que traduce Umbreit: “… y habrán echado a Dios de sus corazones”, es decir, en medio del éxtasis de placer (Proverbios 20:1). Este hecho ilustra el “temor de Dios” que tenía Job (v. 1).
Vers. 6-12. SATANAS, PRESENTANDOSE ANTE DIOS, ACUSA FALSAMENTE A JOB.
6. los hijos de Dios—Angeles (Proverbios 38:7; 1 Reyes 22:19). Se presentan para dar cuenta de su “ministerio” en otras partes del universo (Hebreos 1:14). Jehová—Versión Inglesa: “el Señor”: “Jehová”, el autoexistente Dios, fiel a sus promesas. Dios dice (Éxodo 6:3) que él no era conocido por este nombre a los patriarcas. Pero, como el nombre aparece previamente en Génesis 2:7, etc., lo que quiere decir que no era conocido este nombre sino hasta el tiempo de la liberación de Israel que fué conocido peculiar y públicamente en el carácter que representa este nombre, a saber, quien hace ser las cosas, cumpliendo las promesas hechas a los antecesores de ellos. La aparición de este nombre, pues, aquí, no es objeción contra la antigüedad del libro de Job. Satán—fué extensamente divulgada la tradición de que él había sido el agente en la tentación de Adán. Por tanto se da el nombre de él aquí sin comentario. El sentimiento con que contempla a Job es similar a aquel con que miraba a Adán en el paraíso: animado por su éxito en el caso de uno aún no caído en pecado, él está seguro de que la piedad de Job, quien pertenece a la raza caída, no resistirá a la prueba. El mismo había caído (Génesis 4:19; Génesis 15:15; Judas 1:6). Es en el libro de Job donde por vez primera el nombre de Santanás aparece: significa en el hebreo uno que acecha; un adversario en la corte de justicia (1 Crónicas 21:1; Salmo 109:6; Malaquías 3:1); el acusador (Apocalipsis 12:10). El tien de su parte la ley de Dios por el pecado del hombre, y en contra del hombre. Pero Jesucristo ha cumplido la ley por nosotros; la justicia está de nuevo de parte del hombre en contra de Satanás (Isaías 42:21): de modo que Jesucristo puede interceder como nuestro Abogado contra el adversario (Romanos 8:33). Diablo es el nombre griego: el calumniador, o acusador. El está sujeto a Dios, quien usa el ministerio de él para castigar al hombre. En el árabe, Satán se aplica a menudo a la serpiente (Génesis 3:1). Se le llama Príncipe de este mundo (Juan 12:31); el dios de este mundo (2 Corintios 4:4); Príncipe de las potestades del aire (Efesios 2:2). Dios aquí le interroga, a fin de justificar sus propios caminos, delante de los ángeles.
7. rodear la tierra—yendo rápidamente de acá para allá. La idea original en el árabe es la vehemencia de la prisa (1 Pedro 5:8; Mateo 12:43). Satanás parece haber tenido alguna conexión peculiar con esta tierra. Tal vez era anteriormente el gobernador de ella bajo Dios. El hombre heredó este virreinato (Génesis 1:26; Salmo 8:6). El hombre lo perdió, y Satanás llegó a ser el Príncipe de este mundo. El Hijo del hombre (Salmo 8:4), el hombre representativo, redime la herencia perdida (Apocalipsis 11:15). Las réplicas de Satanás son característicamente cortas. Cuando aparecen los ángeles ante Dios, Satanás está entre ellos, así como hubo un Judas entre los apóstoles.
8. considerado—“puesto tu corazón”, considerado atentamente. Ningún siervo fiel de Dios escapa del ojo del Adversario de Dios.
9. ¿Teme Job a Dios de balde?—Es una característica de los hijos de Satanás mofarse de uno y no creer que haya una piedad desinteresada. “La recompensa” de Dios para su pueblo no consiste tanto en sus dones como en la dación del mismo Dios, (Génesis 15:1).
10. su hacienda ha crecido—Lit., extendido como una inundación; los ganados de Job cubrían la faz del país.
11. te blasfema en tu rostro—En antítesis a la alabanza de Dios a Job (v. 8), “temeroso de Dios.” Las palabras de Satanás son demasiado verídicas respecto a muchos. Quitarles la prosperidad es quitarles su religión (Malaquías 3:14).
12. está en tu mano—Ningún poder tiene Satanás contra el hombre mientras Dios se lo da. Dios no quiere tocar a Job con la mano, aun cuando Satanás pide que lo haga (v. 11, “tu mano”), sino que permite que el enemigo lo haga.
Vers. 13-22. JOB, EN AFLICCION, BENDICE A DIOS, etc.
13. vino—no especificado en el v. 4. La alegría motivada por el vino aquí contrasta tanto más tristemente con la alarma que la interrumpió.
14. las asnas paciendo—Cuadro destacado del reposo rural y la paz; tanto más horrible, pues, por contraste es el ataque repentino de los pilladores árabes.
15. los sabeos—No aquellos dr la Arabia Feliz, sino los de la Desértica, descendientes de Sheba, el nieto de Abraham y Cetura (Génesis 25:3). Los árabes beduinos de la actualidad se parecen, en costumbres merodeadoras, a estos sabeos (cf. Génesis 16:12). solamente escapé yo—astutamente tramado por Satán. Uno en cada caso escapa (vers. 16, 17, 19), para llevar la misma clase de noticia. Esto fué para aplastar a Job, sin dejarle tiempo para recobrarse de la rápida sucesión de calamidades: “los infortunios nunca vienen solos.”
16. Fuego de Dios—Hebraísmo, que significa un fuego fuerte: como cedros de Dios, cedros altísimos. No el relámpago, que no hubiera consumido todas las ovejas y los mozos. Umbreit entiende que era el viento abrasador de Arabia, llamado por los turcos “viento de veneno”. Al “príncipe de las potestades del aire” se le permite tener la dirección de tales agencias destructivas.
17. Los caldeos—No meramente robadores como los sabeos, sino guerreros experimentados, como se entiende por cuanto formaron “tres escuadrones” (Habacuc 1:6). Rawlinson distingue tres períodos de los caldeos: 1. Cuando el asiento de su Imperio estaba en el sur, en la confluencia del Tigris y Eufrates. Fué este período caldaico desde el año 2300 hasta el 1500 antes de Cristo. En este período estuvo Quedorlaomer (Génesis 14), el Kudur de Ur de los caldeos, en las inscripciones asirias, y el conquistador de Siria. 2. de 1500 a 625 a. de J. C. el período asirio. 3. Del 625 a 538 a. de J. C. (cuando Ciro el persa tomó a Babilonia) el período babilónico. Los caldeos en el hebreo: Chasdim. Eran parientes, acaso, de los hebreos, como infieren la morada de Abraham en Ur y el nombre de su sobrino, Chesed. Los tres escuadrones fueron probablemente para atacar los tres millares separados de camellos de Job (v. 3).
19. gran viento … del lado del desierto—del sur de la casa de Job. El huracán se movía tanto más violentamente sobre el desierto, por no ser allí interrumpido (Isaías 21:1; Oseas 13:15). los mozos—y las mozas, por cuanto se incluía a las hijas (así en Rut 2:21).
20. Job se levantó—No precisamente de estar sentado, sino que se refiere a la perturbación interna, y al comienzo de tomar alguna acción. Había escuchado con calma a los otros mensajeros, pero al saber de la muerte de sus hijos, entonces se levantó: o como Eichorn traduce, comenzó a moverse (2 Samuel 13:31). Rasgar el manto era señal convencional de profundo dolor (Génesis 37:34). Los orientales llevan una túnica, o camisa, y pantalones anchos; y sobre éstos un manto ondeante (especialmente los hombres de categoría y las mujeres). Afeitar la cabeza era también común en el duelo (Jeremias 41:5; Miqueas 1:16).
21. desnudo—(1 Timoteo 6:7.) “Vientre de la madre” es poéticamente la tierra, la madre universal (Eclesiastés 5:15; Eclesiastés 12:7; Salmo 139:15). Job aquí pone por obra la declaración de Dios (v. 8), en oposición a la de Satanás (v. 11). En vez de maldecirlo, bendice el nombre de JEHOVA. El nombre de Jehová es Jehová mismo, como se manifiesta a nosotros en sus atributos (Isaías 9:6).
22. ni atribuyó a Dios despropósito—Más bien, no se permitió cometer locura contra Dios. (Umbreit.) El 2:10 prueba que tal es el sentido aquí. No como la expresión marginal inglesa: no atribuyó locura a Dios. Palabras precipitadas contra Dios, si bien naturales en la amargura, son insensatez; lit., cosa insípida, sin sabor (6:6; Jeremias 23:13 marginal.) La insensatez (“despropósito”) en la Escritura es siempre equivalente a iniquidad. Porque cuando el hombre peca, es a sí mismo, no a Dios, a quien perjudica (Proverbios 8:36). Debemos someternos a las pruebas, no porque veamos la razón de ellas, ni como que fueran asuntos de la casualidad, sino porque Dios las determina o las permite, y tiene el derecho a enviarlas, y tiene él sus propias razones buenas de enviárnoslas.