Salmo 135:1-21
1 ¡Aleluya!. ¡Alaben el nombre del SEÑOR!
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Después del movimiento general de este libro del Salterio que nos ha llevado a pensar en la máxima realización de la adoración, y antes de los salmos finales de alabanza perfeccionada, ahora tenemos una sección ( Salmo 135:1 ; Salmo 136:1 ; Salmo 137:1 ; Salmo 138:1 ; Salmo 139:1 ; Salmo 140:1 ; Salmo 141:1 ; Salmo 142:1 ; Salmo 143:1 ; Sal 144: 1-15) en el que están contenidos cánticos de experiencia, y cuya inspiración está en las concepciones de Jehová y la manera de acercarse a Él, que los cánticos anteriores han establecido.
Este primero de la serie es un puro canto de alabanza. Se abre con un llamado a los sacerdotes como representantes del pueblo para alabar (vv. Sal. 135: 1-2). Procede a exponer las razones de esta alabanza (vv. Sal. 135: 3-18). El primero es el de lo que Él es en sí mismo y el hecho de que ha elegido a su pueblo (vv. Sal. 135: 3-5). El segundo es el de Su poder creativo (vv. Sal. 135: 6-7). El tercero es el de la liberación de su pueblo de la servidumbre (vv.
Sal 135: 8-9). El cuarto es el de darles una tierra (vv. Sal. 135: 10-12). El quinto es el de Su fidelidad (v. Sal. 135: 13). El sexto es el de Su juicio seguro y el consiguiente regreso a Sus siervos (v. Sal. 135: 14). El séptimo es el de Su superioridad como el Viviente sobre todos los ídolos falsos y muertos de las naciones (vv. Salmo 135:15 ). Finalmente, el cántico es un llamado a la nación, los sacerdotes y los levitas para que se unan en alabanza.